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Capítulo 26: "La pelea"

Ha pasado una semana desde la declaración de ambos hermanos. Ninguno de los dos ha aparecido por el bar, lo cual es tranquilizante por una parte. Si los viera me vería obligada a darles una respuesta y me daría una pena terrible decirles que no quiero a ninguno de los dos. Pero ¿es eso cierto? ¿O tal vez me quedaría con...?

No, ni lo pienses Stacey.

Adam tampoco ha ido al bar, Lily no se ha visto con él desde aquel día que salió llorando de su habitación. No me quiso contar lo que pasó y yo tampoco quise presionarla, cuando esté preparada hablará.

Y James, bueno, cualquiera le dirige la palabra al misterioso James. No me atrevo siquiera a mirarlo, como para preguntarle qué es de sus hermanos. Aunque sea tranquilizante por no tener que pasar por la incómoda situación de verles la cara, me preocupa que se hayan matado entre ellos. Con estos chicos nunca se sabe lo que puede pasar ni lo que son capaces de hacer.

Tal vez no verlos me venga bien para aclarar mi mente.

(...)

—¿Qué haces aquí? —pregunté sin siquiera voltearme, pues ya sabía de quién se trataba.

—Te fuiste... —pero me equivoqué—. Ni siquiera nos diste una respuesta...

—Brad... —me giré lentamente y ahí lo vi, parado, completamente destrozado.

—Necesito saber qué sientes Stacey...

—¿Qué coño haces aquí? —el que faltaba—. Así que ya decidiste, eh.

—Ethan... —joder, Stacey, ¿en serio?

—No, ni se te ocurra excusarte. No tuviste ni el valor de decírmelo a la cara —espetó y Brad lo miró con furia.

—¡No le hables así, imbécil!

—¿Y quién me lo va a impedir? ¿Tú? —los puños de Brad se cerraron a sus costados.

—Chicos...

—No, Stacey, no te metas, esto es entre nosotros.

—Sí, pero te recuerdo que esta es mi casa y para ser más exactos concretamente mi habitación.

—Esto no estaría pasando si tú no fueras tan zorra como para jugar con nosotros, encima siendo hermanos. Destruiste nuestra familia, ¿sabes?

Me quedé completamente paralizada, no podía creer lo que estaba escuchando.

—Ethan, ¿qué haces? —escupió Brad con los nudillos completamente blancos—. Estás borracho, ¿no?

—¿Me vas a regañar, mamá?

—Venga, vámonos —Brad se acercó a él y este estampó su puño en la pequeña cara de Brad.

—¡Que no me digas lo que tengo que hacer, joder! —gritó Ethan.

Brad le devolvió el puñetazo, —¿Qué coño haces, imbécil?

No podía hacer nada, no podía pararlos.

Además de lo paralizada que estaba, no sabía cómo reaccionar y si me metía en medio probablemente me llevaría otro puñetazo.

Las lágrimas brotaron repentinamente de mis ojos y empecé a llorar descontroladamente.

Ambos se giraron hacia mí, con rostro preocupado.

—Eh, Stacey... —Ethan se acercó a mí, pero antes de poder poner una mano encima mía lo aparté de un manotazo.

—¡No! ¡Ni me toques! Apártate de mí.

—Stacey... —intervino Brad.

—¡Váyanse de mi casa, joder! —grité.