Veinticinco (*)

Comincia dall'inizio
                                    

Un golpe seco es dejado sobre la mesa, sobresaltándome, las copas caen por el movimiento brusco de la mesa. Joan se incorpora y por inercia, me echo para atrás.

—No voy a permitir que una niña malcriada hable así de mí —masculla. —Ustedes no son nada más que una pareja interesada, no me sorprende que William se haya casado contigo dándome cuenta la clase de mujerzuela que eres. —espeta.

—Vuelve a hablarle a mi esposa de ese modo y juro que te rompo la cara —La voz firme de Will se escucha a mis espaldas —atrévete a levantar una mano de nuevo para intimidarla y te prometo que te la rompo.

Me incorporo con rapidez, William toma una de mis manos y me coloca justo detrás de él.

—Es la verdad —reta. Cuando Will hace el ademán de caminar, lo detengo.

—¿Quieres tu dinero? —inquiere —entonces puedes quedarte con todo —afirma. —Que yo, yo ya no quiero tener nada más que ver con esta familia. —espeta.

Entrelaza nuestros dedos, y me conduce hasta la salida y yo, simplemente no entiendo que rayos es lo que ha ocurrido.

WILLIAM

Era la fiesta de mis padres, no se suponía que causáramos un escándalo en el jardín.

Anna se mantiene en silencio, sin emitir ni una sola palabra desde que nos subimos al auto.

—¿Qué fue lo que te dijo? —cuestiono observándola de reojo.

—¿Quién?

—Joan ¿qué fue lo que te dijo para dejarte de ese modo? —La actitud de Anna había cambiado, se mantenía en silencio, sin decir nada y la presencia de Rebeca y Joan solo me daban la sospecha de que algo había ocurrido.

—Nada importante —responde sin mirarme.

—Dime que pasó —exijo.

Ella suspira. Permanece en silencio por varios segundos más antes de responder.

—¿No te has acostado con tu secretaria? —su pregunta me sorprende.

—¿Qué? —inquiero. —¿De qué hablas?

—Y Rebeca, no mencionaste que te hayas acostado con ella y que estuvieron cerca de comprometerse —murmura. —Y Joan dijo que solías involucrarte con tus secretarias, cuando te pregunté eso, me dijiste que no.

—Porque esa es la verdad —respondo con molestia —No me he acostado con Lisa —sentencio —no me he acostado con otra persona que no seas tú. Desde el momento en el que te conocí, no ha habido nadie más.

—¿Y antes?

—¿Por qué te importa lo que haya pasado antes de ti? —inquiero con impaciencia —Si rebeca y yo estuvimos a punto de comprometernos, no tiene porque importante. Fue hace más de cinco años, Anna, por Dios. ¿Por qué siquiera te afecta?

—Porque ella parecía tan orgullosa de restregármelo en la cara —pronuncia con molestia —al igual que tu primo, quienes parecen conocerte muy bien.

Una risa irónica brota de mis labios.

—¿Ellos me conocen bien? ¿Y tú no?

—La fama de picaflor, el chico fiestero ¿no fue por eso que te obligaron a llevar a cabo este matrimonio? —cuestiona con molestia. —Quería saber estas cosas para no quedar como una idiota frente a personas como Rebeca y tu primo. Sin saber que responder, teniendo solo el hecho de que nos casamos por conveniencia.

Ejerzo fuerza en el volante, dejo de mirarla para centrar mi atención en la carretera frente a mí.

—Bien, si eso quieres creer entonces estupendo —mascullo.

Amor por Contrato[SAV #3]  ©Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora