Así que, como éramos amigos, todo lo anterior se lo dije en el recreo.
-¡Tú estás giliflautas! -Me respondió-. A mi no me gusta esa tonta.
-Pues yo te he oído decir muchas veces que es la más guapa, la más inteligente, la más...
No me dejó acabar:
-Era de bromas. Y, además, a ti no te importa. Déjame en paz.
-Bueno, hombre, no te pongas así. No hay nada malo en que te guste y quieras que sea tu novia. Mi mamá siempre lo dice.
Juanillo me miró de reojo:
-¿Qué dice tu mamá?
-Que hay que tener novias. Y mejor si son varias. Porque así se conocen mejor y se aprende a elegir la buena. A lo mejor Olivia piensa igual que mi mamá.
-Pues tu mamá no fue tan lista, porque se casó con el tío más seboso de tu barrio...
Aquello fue un golpe traidor. Indignado, pegué mi nariz a la suya:
-¿Qué has llamado a mi padre? ¡Repítelo si eres hombre!
¡Mecachis! Resultó que Juanillo era hombre:
-¡Seboso!
-¿Mi padre? -me aseguré.
-Sí.
No tuve más remedio que pegarle.
El acabó con un ojo rojo y gordo. Y yo… igual. Y además, se nos acabó el recreo de inmediato. Llegó corriendo Arsenio, el bedel. Nos agarró de las orejas. Nos obligó a separarnos, justo cuando iba a ganar yo. Nos dijo que si éramos malos, y que si tal y que si cual.
Y nos llevó ante doña Feli, que estaba con los otros profes tomando café. Doña Feli, que además de profe de Sociales es la directora, nos castigó a estar todo el resto del recreo encerrados en clase estudiando. ¡Eso era casi media hora!
-¡Es una injusticia! ¡La culpa fue de él! -Protestamos los dos a la vez.
Doña Feli cerró la clase con llave y se fue diciendo no sé que de unos "monstruos insoportables" y que más le hubiera valido hacer caso a su padre que no quería que estudiara para maestra. A Juanillo y a mi nos cayó la mar de bien su padre.
Eso de estar castigado con otro por pelearte es pesadísimo. Porque, claro, no vas a hablar con un enemigo mortal. Pero estar en silencio... ¡eso es aún más horrible! Así que a los dos minutos hicimos las paces.
-Retiro que tu padre es un seboso -dijo Juanillo.
-Bueno, muy gordo sí que está -concedí yo-. Mamá siempre le dice que no debería de comer nada en dos meses. Pero él va a la nevera y traga lo que pilla, sin hacerle caso.
-A mí no me importaría estar gordo -dijo Juanillo-. Lo que pasa es que nunca tengo hambre.
Algunos de la clase llaman a Juanillo "el Alambres". Está más chupado que un fideo.
-A mí tampoco me importaría ser un nonovio de Olivia -le dije yo para que viera que casi estaba en su bando.
-¿Nonovio? ¿Qué es eso?
-Igual que novio, pero de Olivia. Como ella dice siempre que sus novios no son novios...
A Juanillo le hizo gracia aquella palabra que ya usábamos muchos en la clase. En adelante, siempre que hablábamos de Olivia y sus chicos decíamos eso: nonovios.
Aquel día, durante el castigo, Juanillo me habló un poco más de Olivia:
-Es guapa, pero también volátil.

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LOS NONOVIOS DE OLIVIA
HumorOlivia es una chica muy guapa. Todos sus compañeros de clase están locos por ella. Pero Olivia no les hace mucho caso. Y si ellos quieren ser sus novios, les dice que no quiere de eso. Sin embargo, como a veces tiene amigos más amigos que los demás...
LOS NONOVIOS DE OLIVIA
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