Capítulo O3

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   -¿Podemos hablar?

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-¿Podemos hablar?

Jungkook observó la situación. Ahora no solo tenía a un adormilado Yeontan en su regazo, sino también la barbilla de Taehyung apoyada en uno de sus mulsos, de rodillas en el suelo.

Mierda.
Pensó Jungkook.

-¿Hablar? -cuestionó Jungkook.

Taehyung le respondió asintiendo como pudo con la cabeza, observándole desde abajo. Incómodo, por la posición de su cuello, pero no se quejó.

Jungkook maldijo mentalmente. Pero entonces, mostró una sonrisa juguetona. Alzó su mano hasta el rostro del mayor, deslizando el labio inferior de Tae hacia abajo con su pulgar.

Taehyung tenía todo el discurso preparado, un par de frases de ánimo y cuatro achuchones para crear una atmósfera agradable mientras oía lo que tenía que decir Jungkook, pero de repente las palabras no salían de su boca. Con los labios despegados -lejos del amago de hablar-, solo se dejaba hacer por sus dedos que le acariciaban desquiciadamente, con suma delicadeza, los bordes de su boca.

-¿Vamos a... vamos a tu cuarto? -Tae sentía que su mente se había desconectado por completo de su cuerpo. Estaba sucumbiendo a Jungkook sin siquiera saberlo.

Yeontan, sintiendo el aura que se había creado al rededor de sus dueños, se alejó para recostarse en un cojín de la otra punta del sofá.

Jungkook escondió una sonrisa vencedora, enfocando sus ojos en los del mayor para que este no apartara su mirada de ellos. Tiró de su mano para poner de pie al chico que aún estaba de rodillas entre sus piernas, sin romper el contacto visual.

Sin soltar su mano lo arrastró a su cuarto. La respiración de ambos estaba agitada por motivos diferentes.

El apartamento de repente estaba en sumo silencio, ni siquiera se veía a Seokjin.

Jungkook cerró la puerta de su habitación cuando ambos entraron. Cerró los ojos con fuerza un instante antes de volver a encarar a Taehyung, que le recibió con las manos en su cintura.
Un jadeo mudo.

Jungkook apoyó sus manos en los antebrazos del peligris.

-¿Decías que querías hablar...? -su voz, demasiado suave, acariciaba sus oídos.

Taehyung se acercó a su rostro sin responder, ensimismado, rozando las puntas de sus narices, con los ojos fijos en los labios contrarios, con el aliento de los dos mezclados a centímetros de sus bocas.

Jungkook tiró de Taehyung, sus labios casi chocaron por un momento, pero había un pequeño espacio entre ellos.

Empezaba a hacer calor. Las manos de Taehyung masajeando su cadera no ayudaba. Mantenían sus miradas conectadas. Jungkook se estremeció con la última caricia cerca de su espalda baja y se dejó caer en los brazos ajenos. Sus pelvis juntas, la temperatura de sus cuerpos adormeciéndoles, sus ojos entrecerrados, mirándose mutuamente.

El dilema de ser gay ー taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora