141 (narrado)

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— ¿Vas a estar todo el tiempo sin hablarme? - me pregunta Nash por décima vez a lo que yo lo ignoro de nuevo.

— Genial- habla irónico y vuelve a la orilla.

Me tiendo de nuevo en la arena.

¿Estoy enfadada con él?

La verdad es que no.

Me siento mal por Thomas pero realmente no estoy apenada por no haberme casado, incluso creo que es un alivio pero me aparece mal lo que hizo Nash, prácticamente me secuestro y sé que esto no lo planeo él solo, Johnson tiene que estar detrás de esto seguro.

Me apetece ir a la orilla junto a él pero me orgullo es demasiado fuerte para levantarme y caminar hasta allí.

Ahora me encuentro aquí sentada, respirando el mar sintiendo que esto me llena,
que esto se desdibuja entre olas.

Nash se acerca: Respiro.

Siento su silencio como murmullo.

Se sienta cerca de mi en silencio.

Por primera vez en varios meses Nash me mira
lo miro.

Nash suspira, y mi corazón trémulo se agita
dando saltos galopantes como corseles que buscan la huida ante una emboscada.

Me arrastro sobre la arena hasta llegar a él.

Nash me mira de reojo confuso por mi acto.

— Es hermoso el lugar- rompo el silencio. Veo a Nash sonreír.

— Lo es- me da una dulce sonrisa.

Vuelve otra vez el silencio pero ahora más ameno.

— Lo siento- habla Nash — No debí traerte sin tu consentimiento pero no podía permitir que te casaras con él- me mira fijamente.

— No te disculpes, yo no debí comprometerme con Thomas- me sincero.

— ¿Y eso? - dice mirándome con un cierto brillo en sus ojos.

— No lo quiero, solo como amigo- digo.

— ¿No estabas enamorada de él?- pregunta con tono burlón.

— Creía que lo estaba pero cierto idiota aún sigue en mi corazón- digo mirándole y guiño un ojo.

— Debe ser muy idiota por haberte dejado ir pero ese chico debe estar tan arrepentido que si pudiera haría lo que fuera por volver estar contigo- dice mirándome serio.

Sonrió y me levanto.

Observó que ya está anocheciendo.

¿Tanto tiempo ha pasado?

— ¿Vienes? - le ofrezco mi mano, Nash la coge sin dudar y se levanta.

Le tiro de la mano y nos dirigimos hasta el mar.

Cierro los ojos.

Esta es una playa desierta. La luz del crepusculo tiñe la superficie del mar y una leve brisa la eriza.

Hay un silencio sagrado, solo se escucha el graznido de las gaviotas y el rumor de las olas que lamen tus pies.

Camino hacia el horizonte. Me sumerjo y buceó como una niña. Nash entra también dentro.

El mar borbotea frente a él. Sobre su superficie se expanden circulos concéntricos.

El agua cae en cascadas sobre su cara, sus hombros. Clava su mirada en la mía. Sonrie.

El tiempo se detiene.

Se acerca y acaricia mi rostro con sus manos calidas humedas, suaves.

Las desliza por mi cuello, por mis hombros, por mis pechos.

Me mira como pidiéndome permiso para seguir a lo que yo me deshago de la parte de arriba de mi bikini.

Se acerca y se frota contra mi,cada vez con mas urgencia.

Sus gemidos resuenan en mi garganta; los míos, en la suya.

Me deshago de la parte inferior de mi bikini y subo mis piernas con su cadera. Me sostiene.

Me penetra. Su interior es como sus manos; calido, humedo y suave. Se amolda a mi sexo.

Lo acaricia, lo engulle, lo aprisiona. El placer nos invade en oleadas.

Me atraviesa como un rayo. Me sacude como una tormenta.

Él me besa y sonrió. Su beso sigue ardiendo en
mis labios, pero no me sientes triste, sino feliz.

Sé que él me sigue amando al igual que yo a él.

Sé que él me sigue amando al igual que yo a él

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I'm Athéna >> Nash GrierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora