Infinito

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INFINITO

Pasaron los días y yo seguía sin saber nada de Pedro.

Ni un mensaje, ni un saludo, ni una quedada, nada. Era impresionante como el amor llegaba tan lento y desaparecía tan rápido.

Costó mucho llegar a conseguir una estabilidad con él y ahora todo se fue, se desvaneció por un simple beso, por una persona que me vió y me hizo fotos en un mal momento.

No quiero perderlo para siempre, quiero levantarme todas las mañanas y ver un mensaje suyo, quiero que sea lo último en lo que piense antes de dormir y lo primero en lo que piense al despertar. Quiero escuchar gritos por la ventana cuando no me dejan salir, escuchar que me diga que soy “Una princesa en apuros". Quiero sentir su respiración entre cada beso y quiero tener la seguridad de que pase lo que pase, cuando esté mal, habrá una persona dispuesta a hacer lo imposible por alegrarme.

Y es que no puedo perderlo.

- Señorita, debe salir ya del avión. Ya ha llegado a su destino - dijo una azafata vestida con un traje azul y una sonrisa forzada.

No me di cuenta del tiempo que había pasado en mis pensamientos y ya estaba en mi ciudad, de vuelta con mi familia.

-Si, si. Claro, perdone - dije muerta de verguenza al darme cuenta de ser la última persona que quedaba en el avión.

Después de unos cuantos bostezos y de haber recogido las maletas fui a coger un taxi pero, no me podía imaginar lo que me iba a encontrar.

-¡BIENVENIDA ANITA! ¡TE ECHÁBAMOS DE MENOS! -gritaron mis padres y mi hermana (que llevaba una pancarta entre las manos) al unísono.

Sentía como mis mejillas ardían y escuché las risas de mis compañeros y sobre todo, las risas más escandalosas, las de las Vio's. No sabía donde esconderme.

Y para no hacer el feo corrí hacia mi familia, a la que abrazé con todas mis fuerzas. Sabía que mi familia me ayudaría y me apoyaría sin importar las condiciones.

- Ana, una duda sin importancia... - dijo mi madre... ¿irónica? - ¿Qué es ese ocho dibujado en el tobillo? ¿Será bolígrafo no? - dijo ya con los ojos abiertos como platos.

Mierda.

*Flashback*

- Y así es como desfilaré por las calles de París cuando me mude aquí y me haga rica - dijo Mj, a lo que las demás reírmos.

A María Jesús siempre le llamábamos Mj porque decía que no le gustaba su nombre, y como éramos unas vagas, buscamos el nombre más corto posible.

- Tienes demasiados pájaros en la cabeza, ¿sabes? Si alguien va a vivir aquí voy a ser yo y bailaré en los escenarios más inportantes, pero tranquilas que os daré entradas en primera fila a todas para que podáis babear. - dijo Sara.

- Pues yo no viviría aquí, viviría en Nueva York. Yo necesito movimiento y no tanto romanticismo - dije yo.

- Ana, todo se solucionará de verdad - dijo Noe abrazándome.

- Sois unas amargadas de mierda - dijo Patri... siempre tan... delicada.

- ¡Ya sé que hacer! ¡Un tatuaje! ¡Todas juntas! ¡El símbolo de las Vio's! ¡El infinito! - dijo Mj haciendo uno de sus bailecitos raros a los que Sara y Patri se le unieron.

Todas nos miramos sonriendo.

-¿Qué decis chicas?

-Hecho.

-Venga.

-Pues claro.

Todas dijeron que sí pero yo me quedé cayada. Me miraron esperando una respuesta y me limité a decir.

-¿Y por qué no?

*Fin flashback*

El diario de esa chicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora