Capítulo 13: Tragedia

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Seiya había llevado a Serena hasta un departamento, no muy lejos de la escuela, por lo que no demoraron en llegar.

— ¿Cómo es que yo no conocía este lugar? —preguntó Serena mirando emocionada a su alrededor.

— Lo usamos como estudio. Aquí creamos las canciones para Yaten, así que las paredes tienen aislantes para el ruido. Hay ocasiones que componemos hasta el amanecer —explicó Seiya.

— Es un lindo lugar —dijo Serena, admirando varios instrumentos que estaban en el cuarto.

— ¿Quieres comer o beber algo? —preguntó Seiya nervioso.

Serena lo observó unos segundos en silencio, sus mejillas se sonrojaron.

— La verdad es que... quiero... quiero conocer tu habitación —dijo Serena con coquetería.

Seiya sonrió, caminó hacia ella, la cogió de la mano y la invitó hasta dicho lugar. Serena temblaba de pies a cabeza mientras avanzaba, intentaba disimular, pero su torpe caminar la delataban. Seiya lo notó y la miró con ternura.

  — Estás muy nerviosa, ¿verdad? Yo... yo también lo estoy  —admitió Seiya.

Serena quiso hablar, pero los nervios se lo impidieron. Cuando entraron a la habitación, Serena le pidió que no encendiera la luz, ya que por la ventana se colaba la luz de la luna, iluminando la cama con su resplandor.

Serena se sentó en la cama, no sin antes tropezar con la alfombra. Seiya la atrapó entre sus brazos. 

— ¡Lo siento! ¡Qué bochorno! —dijo Serena cubriéndose el rostro con sus manos.

Seiya sonrió y la contempló en silencio, mientras se arrodillaba junto a ella, descansó su cabeza en su regazo.

— ¿Estás segura? —volvió a preguntarle Seiya, por décima vez esa noche. Serena acarició su cabeza enredando sus dedos entre sus cabellos.

— Estoy nerviosa, pero completamente segura —dijo Serena.

Él se levantó para mirarla a los ojos y besarla con sutileza en los labios. Serena envolvió con sus manos el rostro de Seiya, bajándolas lentamente por su cuello, hasta llegar a su pecho para encontrarse con los botones de la camisa. Seiya sintió un cosquilleo cuando las manos de Serena se deslizaban por su cuerpo, se sentía nervioso, ansioso, pero completamente seguro.

Deslizó su mano detrás de la nuca de Serena, para acercarla a su boca, mientras con su otra mano, acariciaba el generoso escote de su espalda. Ella con torpeza le desabotonó la camisa por completo y acarició con la yema de sus dedos el torso desnudo de su amado. Seiya se quitó el resto de la camisa, botándola al suelo. invitó a Serena a tenderse en la cama, él con torpeza se posicionó sobre ella, contemplándola a la luz de la luna. Sus labios se encontraron en un largo beso húmedo. Seiya jugueteaba con su mano por debajo del vestido, acariciando su muslo, descubriendo su cuerpo por primera vez. Le pareció que su piel era tersa y suave, necesitaba más de ello.

Serena se sonrojó cuando sintió la mano tibia de Seiya tan cerca de su zona íntima. Sus latidos cardíacos aumentaron el ritmo y un calor subió por su vientre hasta su pecho. Seiya acercó sus labios a su cuello, ella no pudo contener sus quejidos cuando él pasó de besar a morder. Deslizó su lengua por la blanca piel de la chica, haciéndola sentir sensaciones que desconocía, pero que le causaba una grata sensación en su cuerpo, pero también en su corazón. Tanto, que deseó  llorar de felicidad y se aferró a su espalda con fuerza. 

— ¿Estás bien? —le preguntó Seiya.

— Estoy algo nerviosa, pero estoy bien  —dijo Serena temblando.

Mil años de espera (Sailor Moon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora