Capítulo 1

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Tres años atrás...

Suelto un suspiro al ver mi imagen en el espejo. No tenía curvas llamativas, mi rostro estaba lleno de imperfecciones y yo tenía dos kilos de más. No era una sorpresa para mi que Ross Lynch no me hubiera elegido, pero eso no lo hacía menos doloroso.

— Mami, upa. — pide mi hija, Emma, y yo quito mi mirada en del espejo para verla.

— Ven aquí, princesa... — murmuro para después alzarla en brazos.

Emma Marano era una copia idéntica de su padre, tenía sus rizos rubios, ojos avellana y esa sonrisa pícara. Tenía dos años, y las cosas no habían sido fáciles para nosotras pero lo afrontábamos juntas.

— ¡Laura, date prisa! — manda mi madre desde la sala.

Tomo aire y bajo las escaleras con mi princesa en brazos, mis padres están esperándonos allí. Puedo ver la cara que pone mi padre al ver a Emma: desagrado, exactamente la misma cara que ponía Ross cada vez que veía a su hija en algún evento.

Al principio, me angustiaba y me enojaba el trato que Emma recibía por parte de esos dos hombres, pero con el tiempo me di cuenta que ella no los necesita. Que se jodan.

— ¿Vamos? — pregunta papá de mala gana.

— Si, vamos. — respondo intentando tomar fuerzas de alguna parte.

Hoy Ross Lynch se casaba y no era precisamente conmigo pero yo tenía que asistir ya que había invitado a mi familia. Ross sabía sobre mis sentimientos por él, y sin embargo me invitaba a ver su boda con otra mujer.

Cuando llegamos, los familiares de Ross no tardan en agarrar a Emma en brazos y hablarle amistosamente, era el centro de atención de la boda.

— Tú eres su madre, ¿verdad? — me pregunta una mujer rubia, supongo que la madre de Ross.

— Si, Laura Marano. — me presento dándole la mano y ella la estrecha.

— Soy Stormie Lynch, la madre del novio. — me informa para después clavar la vista en mi hija, quien está en sus brazos. — ¡Qué preciosos ojos que tiene!

— Los ha heredado de su padre. — digo sonriendo levemente mientras miro a Emma.

— ¿Dónde está? Me encantaría conocerlo, estoy segura de que es un galán.

— Su padre no está. — respondo.

La sonrisa de Stormie se borra y me mira con pena, pero yo me obligo a sonreir. No necesito a Ross Lynch para criarla.

Justo en ese momento, un hombre se acerca a nosotras y yo agarro a Emma rápidamente. Ross la mira con desprecio. Sinceramente, no puedo creer que mire así a su hija, como si ella fuera la culpable de todos sus males.

— Lamento interrumpir tu animada charla, mamá, pero necesito hablar con la señorita Marano sobre negocios. — le dice a su madre.

— No tenemos nada de que hablar. — respondo para después salir de la Iglesia.

Me siento en uno de los escalones y dejo a Emma a mi lado, ella se pone a jugar con las flores de su vestido y la miro sonriendo. Mi hija me transmitía paz, una paz que realmente necesitaba por momentos.

— ¿Qué haces aquí? — pregunta Ross a mis espaldas, ni siquiera me giro para mirarlo.

— Quería tomar aire. — digo encogiéndome de hombros.

— ¿Por qué viniste a la boda? ¿Albergas alguna esperanza de que antes de aceptar a mi caliente y perfecta mujer, decida estar con una frígida y su mocosa? — continúa, colocándose en frente mío.

Her (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora