ᴊᴇᴏɴ ᴊᴜɴɢᴋᴏᴏᴋ's ʀᴇᴀᴄᴛɪᴏɴs [ᴛᴇʀᴍɪɴᴀᴅᴀ]

#101

» Habías acompañado a Jungkook a una gala de premios en Seoul. En verdad no querías acompañarlo, ya que no querías que las cámaras te grabasen, no querías ser conocida, pero él había insistido tanto que finalmente accediste.
Y si ya no te gustaba el hecho de estar en ese lugar, odiabas que Jungkook estuviera rodeado de chicas de su misma edad que intentaban coquetear con él. No eran celos lo que sentías, sabías que él no era ese tipo de personas que engañaban a su pareja, sino inseguridad; apenas tenías 18 años y eras occidental, no te encontrabas a gusto con tu físico por esos hechos, lo que provocaba que cada dos por tres pensaras que Jungkook iba a dejarte por cualquier chicha asiática mayor. Comenzaste a ponerte nerviosa, tu mente comenzaba a volver a jugarte una mala pasada en el peor momento. Con ojos llorosos desapareciste del lado de Jungkook, dejándolo perplejo.

Jungkook: Soo, ¿a dónde vas...?

» Te encerraste en el cuarto de baño. Estabas a punto de llorar y no querías que nadie te viera así. De pronto Jungkook entra en el baño y pecha la puerta tras de si.

Jungkook: Soo, ¿por qué has salido así del salón?

» Al verte en esa situación, corrió a abrazarte pero tu intentaste apartarlo. Él no entendía nada.

Soo: Jungkook, déjame por favor...

Jungkook: No voy a dejarte hasta que me digas que te pasa. Estás llorando y me preocupas.

Soo: Jungkook, yo... debemos cortar. Esta relación no tiene sentido, yo no soy lo suficientemente buena para ti, te mereces a alguien mejor. Yo nunca voy a hacerte feliz.

Jungkook: ¿Qué?

» Jungkook sabía acerca de tus inseguridades y por los problemas que habías pasado, pero nunca pensó que llegarías a este punto en vuestra relación.
Se acercó a ti y simplemente te besó.

Jungkook: No vuelvas a decir eso nunca más, Soo. ¿Cuántas veces te lo tengo que volver a repetir? Me encanta todo de ti, todo. Eres jodidamente perfecta.

» Jadeó en tu oído y volvió a besarte. Te atrajo más contra su cuerpo, acariciandolo. Te besaba con intensidad lo que empezaba a provocar que te calentases. Posicionó una mano en tu trasero y la otra en una pierna, levantandola para que su creciente erección pudiera entrar en contacto con tu centro. Gemiste y subiste un poco su camisa para poder acceder mejor al comienzo de sus pantalones, los cuales comenzaste a desabrochar. Él te cogió entre sus brazos y te sentó sobre el amplio lavamanos de aquel servicio. Levantó la falda de tu vestido y rápidamente separó la tela de tus bragas. Suspiró al ver tu sexo tan húmedo.

Rápidamente, bajó su pantalón junto su boxer y se introdujo en ti. Sus movimientos eran rápidos y profundos, al fin y al cabo tampoco tenías mucho tiempo, no podías tardar mucho. Intentabas reprimir tus gemidos escondiendo tu rostro en su cuello, esta posición provocaba que su boca estuviera a la altura de tu oído, gemía en este lo que te excitaba aún más. Finalmente ambos llegasteis al orgasmo.

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