- Ella supera con creces el peso de la demás niñas.—hablaba el médico dentro de la sala.
- Esa niña lleva siendo gorda desde los tres años. No es nada nuevo, Mark.
Bethany miró con rabia a los adultos desde el pasillo. Le parecía curiosa la manera ridícula que Jocelyn tenía de intentar ligarse al pediatra, riéndose de las niñas que llevaba años cuidando. Sus ojos se llenaron de lágrimas de nuevo al ver a ambos riéndose por alguna broma en cuanto a su peso. Retuvo su llanto, porque sabía que de todos modos el resto de niñas no iban a consolarla. La ignorarían, tal y como llevaban haciendo años y años, porque ella parecía ser invisible al ojo humano.
Suspiró, cansada de que la misma historias se repitiera una y otra vez como un interminable remolino. Las semanas avanzaban, y con ellas, las revisiones médicas, los complejos y las etiquetas. Se dejó caer sobre la cama con desgana, sintiendo de nuevo aquel extraño ardor en su pecho del que desde luego no pensaba notificar a nadie.
A pesar de sus escasos diez años, era astuta y coherente, y sabía más que bien que aquello era algo antinatural. Sabía también que desde luego debería decirlo, pero se negaba rotundamente a decírselo a aquel arrogante pediatra que las obligaba a desnudarse para cada revisión, muy a pesar de que no era necesario en absoluto.
Oyó unos pasos pisando el suelo del pasillo, y después, los muelles de la cama vacía de al lado chirriar. Una niña delgada de pelo dorado y ojos celestes clavó su vista en ella.
- ¿Estás bien?—preguntó con inocencia.—Soy Emily.
La triste niña sonrió. Agitó la mano que la nueva integrante del orfanato le tendía inocentemente.
El azul de sus ojos pasó a ser el amarillo de el autobús escolar. Dejó que Flash pasara, rindiéndose como todos los días y dejando que él la vacilara durante un par de minutos.
- ¿Qué pasa Bethany?—se burló él golpeando su brazo con considerable fuerza.—¿Es que no piensas defenderte nunca?
Ella suspiró, dejando su sombría vista sobre sus viejas botas grises de invierno.
- Flash, déjalo ya.—dijo Ned, llegando y haciéndose paso entre el círculo de gente que se había amontando alrededor de ambos adolescentes.
- O qué. ¿Vas a defenderla tú, Leeds?
Bethany giró sobre sus talones, intentando irse, huyendo una vez más de las humillaciones. Sin embargo, un fuerte agarre se cerró entorno a su muñeca.
- Me estás haciendo daño. Déjame de una jodida vez.—le dijo a Flash con rabia.
Se sintió aún peor cuando él se limitó a apretar aún más su mano, haciendo su brazo doler exageradamente. Se sintió patética ante las miradas divertidas de todo el instituto, y insignificante e indefensa ante la fuerza del chico que agarraba su delgada y pálida muñeca.
- Te ha dicho que la dejes.
El agarre se soltó. Oyó el golpe de la chapa del autobús cuando un cabreado Peter estampó a su agresor contra este. No tardó más de dos segundos en retroceder sus pasos, cogiendo con delicadeza la muñeca dolida de la castaña y dejando un pequeño beso sobre la piel enrojecida.
Aceleró sus pasos entrelazando sus manos, huyendo de la situación con sensatez y dejando que una oleada de emociones inundara el imperfecto cuerpo de la poseedora de la gema, aún desconocedora de su propio poder. No soltó su agarre hasta llegar al comedor, donde ambos acompañaron a Ned y Emily durante el almuerzo.
La joven dejó su mirada sobre él, pudiendo ver sin mucho esfuerzo que el enfado aún recorría las venas del arácnido.
- Pet.—susurró.—Estoy bien.
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(1) Barton; Peter Parker, The Avengers.
Fanfiction" -Estaban enamorados. Se notaba por la manera en la que se miraban el uno al otro, cómo si tuvieran el secreto más maravilloso del mundo entre ellos." Donde los complejos y las inseguridades matan, donde la verdad es el objetivo mayor y el pasado d...