Día Diez.

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Día 10.- Desayunando juntos. 



A la hora del desayuno, Barry era una ráfaga veloz que se movía por toda la cocina. Cuando Hal abrió los ojos, el aroma a pancakes de platano inundaba todo el departamento. Tenía un par de días durmiendo en el sofá de su mejor amigo y no tenía prisa alguna por marcharse.

—Oye Bar...—Hal se interrumpió con un amplio bostezo. Se rascó el vientre perezosamente y se estiró mientras caminaba hacia la barra que separaba el pequeño espacio de la cocina, del resto del departamento— Oye Barry.

—Buenos días, Hal —El dueño del hogar puso una taza de café frente al recién despierto castaño.

Hal miró el contenido oscuro de la taza y estiró la mano buscando una cuchara que de pronto "apareció" justo a su lado. Barry era tremendamente eficiente a la hora del desayuno.

—Oye, escucha. Tuve un sueño revelador, casi místico —comenzó a remover su café mientras veía a Barry detenerse de golpe frente a él, interesado— ¿Me pasas la...?—La miel apareció en sus manos igual que había hecho la cuchara antes— Gracias.

— De nada —Barry le sonrió, se sirvió una torre grande de pancakes y la bañó con dulce de leche y mantequilla— ¿Tu sueño, fue de esos que te envía una fuerza superior del universo para darte un comunicado?

A diferencia de Hal, a esa hora, Barry ya se había duchado, afeitado, y estaba listo para irse a trabajar. Pero adoraba desayunar con su amigo, así que siempre que podía, procuraba hacerlo.

Hal estaba asintiendo mientras echaba sobre su desayuno un buen chorro de miel y luego lamía el restante de la boca de la botella. Barry rodó los ojos, pero lo dejó hacer.

—Sí, creo que fue un sueño de esos que no hay que ignorar. Oliver estaba en él.

— ¿Oliver Queen? —Barry agrió ligeramente su gesto.

—Yup —Hal volvió a asentir sin darle mucha importancia al desagrado natural que Barry y Oliver parecían sentir uno por el otro— En fin, el asunto es que Oliver estaba en mi sueño, una gran luz lo iluminaba, no podía verlo con claridad pero sabía que era él, podía ver su barba.

—En todo caso también podría haber sido una cabra —Barry comentó como quien no quiere ofender pero no piensa cambiar su opinión.

—No Bar, no era una cabra era Oliver ¿Y sabes qué me decía?

—No Hal, obviamente no lo sé.

Hal tomó un sorbo de su café para aclararse la garganta. Se puso en pie con mucha propiedad y usó sus manos para crear un eco misterioso en el tono de su voz.

—Monta el rayo Jordan. Monta el raaaayo.

Barry arqueó una ceja.

— ¿Qué diablos quiere decir eso?

— ¿No es obvio? Quiere decir que yo debo montarte a ti, en la cama —Hal sonrió de forma abierta mientras hacía la mímica de estar sosteniendo a Barry por las caderas mientras lo penetraba.

Un pancake le dio directo en la cara.


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30 Días de HalBarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora