Prohibidos [En físico]

16. Alicia - "Fragmentos de tela" (¡Capítulo inédito!)

La noche ha sido más divertida de lo que esperaba. La gente ha murmurado sobre mí desde mi entrada al salón. Esperaba reacciones de asombro y de disgusto, pero no me imaginé que serían tan graciosas. La esposa del gobernador Park parece estar al borde del desmayo, los hijos de los gobernadores me miran con una atrevida curiosidad y algunas chicas presentes enrojecen de rabia o de envidia, quién sabe. Otras como Susan, la prometida del futuro gobernador Thomas Soles, acaba de acercarse para felicitarme por mi osado vestido. Aún estoy sorprendida al respecto.

—Te ves grandiosa —adula—. Desearía tener la valentía para vestirme así.

Al parecer, soy la única joven en el salón que la tiene. Puede que reciba diversos castigos por mi vestimenta, pero ha valido cada segundo. Nunca vi a los gobernadores tan incómodos. No se supone que luzcan de esta manera, ellos son los que suelen incomodar a los demás. Esta noche, en cambio, soy yo quien genera las reacciones divididas.

Susan y yo bebemos champaña de frutos rojos. Tal como imaginé, las bebidas y los alimentos que han puesto en las mesas de bocadillos no son dietéticos. Mi paladar se pone a bailar con la deliciosa espuma de la champaña que se ha mezclado con el sabor del delicioso pastel de chocolate que comí hace minutos.

—Tú también te ves hermosa —le digo a Susan—. Tu vestido es muy bonito.

Ella tiene puesto un vestido color crema bastante holgado y una chaqueta del mismo color que oculta sus brazos, sus senos y su cuello.

—Pero mi vestido no es tan sorprendente como el tuyo. —Susan me escudriña con un deje de tristeza—. Me gustaría lucir uno así.

Me apena ver cuánto desea ser libre. Sé que su tristeza no recae únicamente en cómo vestimos: ella anhela correr riesgos. Tal como la mía, su vida se basa en responsabilidades, en restricciones y en limitaciones, mientras que las únicas emociones que experimentamos son las negativas. Otras como la alegría, la adrenalina y el amor son casi inexistentes en nuestros roles de prometidas.

—Creo que podría hacerte lucir tan sorprendente como yo —susurro cerca de su oído—. ¿Te gustaría romper las reglas?

Susan clava sus ojos en los míos. Detecto un leve temblor en sus labios.

Antes de que ella pueda responder, la música del piano deja de sonar: un gobernador dará un discurso. Todos los presentes dirigimos la mirada hacia el escenario del fondo y guardamos silencio.

—Muy buenas noches —saluda el gobernador Scott en lo alto del escenario.

Todos emitimos un "buenas noches, gobernador" al unísono, tal como acostumbramos a hacer ante cada saludo de algún líder de Arkos.

—Lamento interrumpir nuestra hermosa velada —dice el gobernador—, pero hay razones más que suficientes: tengo una grandiosa noticia que comunicarles.

Se oyen rumores de expectación entre la muchedumbre. Al igual que ellos, estoy ansiosa por conocer la noticia. Intuyo que no será tan grandiosa como promete mi futuro suegro.

—Quiero informarles que, por primera vez en la historia de nuestra nación, hemos alcanzado el cien por ciento de efectividad en las ovulaciones forzadas —anuncia el gobernador Scott.

Oigo aplausos y vítores a mi alrededor. Por mi parte, me quedo callada, tratando de esconder mi pesar.

La ovulación forzada es la intervención que asegura la fecundación de todas las jóvenes durante las reproducciones obligatorias. Junto con la interrupción de la menstruación, ambas intervenciones evitan que las mujeres se salven de quedar embarazadas. Los científicos y médicos de Arkos no habían logrado un cien por ciento de efectividad; siempre quedaban al menos diez mujeres que resistían las intervenciones y que no lograban quedar embarazadas en su reproducción correspondiente. En casos como aquellos, debían ser sometidas al procedimiento una y otra vez hasta lograr el embarazo. Ahora, en cambio, no será necesario. Con la efectividad al máximo, cada una de las chicas que seremos sometidas a la reproducción obligatoria quedaremos embarazadas.