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—Preciosa...

Me tomó en sus brazos.

—Estás tambien aquí, Ni-Nicolás —susurré.

Y de eso... sólo oscuridad.

🔸🔸🔸

Comencé a abrir mis ojos y parpadeé repetidas veces para acostumbrarme a la luz. Sentí un dolor de cabeza leve e intenté llevarme una mano para masajearme la sien...

     Intenté, porque no pude; una mano estaba sujetando la mía.

     Bajé la mirada, y no tuve que hacer mucho para reconocerlo.

     Nicolás.

     Aun sintiendo el dolor en mi cabeza, sonreí. Lo observé por unos minutos; estaba de una manera tan incómoda, pero igualmente me sujetaba.

     Miré su rostro dormido y reí inconscientemente al darme cuenta de que dormía con un pucherito.

     Eres tan magnífico...

     Entró una doctora.

     —¿Durmió bien, señorita King?

     Observé a Nicolás. No quería despertarlo.

     ¡Oh! Tranquila, no se despertará pronto.

     Le miré con los ojos abiertos. Ella comenzó a reír.

     —Se tomó unas pastillas para dormir.

    —Ah. —fue lo que me costó soltar, y asentí, más relajada.

     —Tu novio estuvo muy pendiente de ti —dijo de la nada, y yo enrojecí.

     —¿S-sí?

     —Sí, no se separó ni un momento de ti —Sonrió—. No dejó ni que le revisaran la mano, sólo por estar a tu lado. Qué envidia.

      —Uhm... —emití, pero por dentro estaba gritando.

      —Un chico atractivo y un encanto, no sí, tengo envidia —Se rió.

     Observé a Nicolás otra vez, y sí, en su mano aún había rastro de sangre seca. Miré a la doctora; ésta ahora estaba revisando con atención el suero.

     —Doctora —la llamé, y ella se giró a verme.

     —Dime —contestó, brindándome una sonrisa acogedora.

     —¿Puede revisarlo ahora, por favor?

     Su ceño se frunció, sólo un poco.

     —¿Por qué no esperas a que despierte?

     Estoy segura de que no lo permitirá.

     —Él... él tal vez no lo permita.

     Ella se quedó observándome detalladamente.

Vendida A Un Playboy © | Libro 1&2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora