Capítulo 18: "¿Soy un juguete para ti?"

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- ¿Po.... Por qué me vienes a decir todo esto? – le pregunto confundido.

- Porque tu amor por ella es palpante, no quiero que sufras, eres una buena persona –

- ¿Qué no sufra? – sonrió de lado - ¿Y eso a ti te importa? –

- Claro – me mira a los ojos – Eres una persona talentosa, muy amable, no me gustaría que calleras en sus garras – hace un puchero – Si que piénsalo – golpe a mi frente con su dedo índice – Ella no te quiere Víctor – dice y se va.

¿Qué no me quiere?

Pero... lo dijo.... Se lo dijo a Ágata... ella si está enamorada de mí.

-Piensa Víctor, piensa – tomo mi cabeza entre mis manos y cierro los ojos - ¿Sera verdad? – me cuestiono – No, no, no – sacudo la cabeza y me siento en el suelo, apoyando mi espalda contra la rejilla de la cancha - ¿Qué debo hacer? – suspiro.

- Mátala

- No puedo hacer eso –

- Ella solo quiere tu dinero

- ¿Mi dinero? – vuelvo a agarrar mi cabeza.

- Si, ¿no escuchase a la chica que vino a hablar contigo?

- Eso es mentira –

- Desásete de ella y ya no abra ninguna chica que te haga subir

- No puedo hacer eso –

- Solo está jugando contigo –

- ¡Eso no es verdad! – grito y levanto mi cabeza, observo en todas direcciones y no veo a nadie – Mi mente me está jugando una mala pasada –

- No es tu mente... Víctor – siento un aire helado en mi cuello y siento que alguien está detrás de mí.

- ¿Qu... quién eres? –

- Me encanta escuchas esa pregunta – siento como sonríe y mi piel se eriza.

- Se me hace tarde, debo irme – intento pararme, pero era inútil.

Necesitaba salir de este lugar, pero mi cuerpo no me respondía.

Demonios.

- ¿Tienes miedo? – me pregunta – Me encanta – vuelve a sonreír – Tu aroma es deliciosa – me susurra al oído.

- Hoy no me eche colonia – sonrió nervioso.

¿Acaso no se te ocurre nada mejor?

-No me refiero a eso – siento una de sus manos sobre mi hombro izquierdo – Hablo de tu alma – me tenso – Te observe durante el tiempo que estuviste en el hospital y me alegro de que estés bien

- Gr... gracias –

- No todos tenemos la misma suerte que tu – en ese momento me di cuenta de que no estaba hablando con una persona, sino que se trataba de alguien que no pertenecía a este mundo.

Un muerto.

(Axel)

-No pensé que estaríamos todos juntos hoy – dice Erica balanceando sus pies sentada en el escenario.

- Tenemos que estar juntos, después de todo... – le conteste Andrea cruzada de brazos – Somos el club de teatro – se encoge de hombros.

- ¡Es verdad! – grita emocionada Erica – Y como somos el club de teatro... - sonríe – Tenemos que celebrar los cumpleaños –

ÁgataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora