Capitulo 20: Corazón confuso

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Venga Erika. Es oportunidad de huir, no vas a tener otra.

Huí hacia el exterior del Cuartel.

El corazón me latía cada vez más rápido, el sudor de mi frente se helaba con la baja temperatura de la noche y la oscuridad me dificultaba el caminar. Entré en el bosque, rozando mis piernas y brazos por miles de ramas afiladas, rajando mis vestiduras.

Desesperadamente, me adentraba en el bosque, guiada por mis instinto. En el suelo empezaron a aparecer rastros de sangre, aun caliente y sin cohabular, los seguí sintiendo que Leiftan me pisaba los talones.

Oí unos gritos a la lejanía. Sin pensarlo dos veces me dirigí hacia el lugar de donde procedían las voces, quedándome paralizada con la escena;

Valkyon y Ezarel se encontraban encerrados entre una jaula, echa de gruesas lianas.

Ambos tenían la ropa cubierta de sangre, rasgada y en muy mal aspecto. El elfo estaba tumbado en el suelo, totalmente inmóvil, visiblemente abatido mientras que Valkyon luchaba contra las lianas que se le abalanzaban.

Miré de donde procedían las plantas y había... una hamadraine.

¡Suéltalos! chille mientras me depositaba delante de las jaulas, protegiendo a los chicos—. ¡NI SE TE OCURRA VOLVER A PONER UNA DE TUS ASQUEROSAS RAMAS EN ELLOS!

¡ERIKA! exclamo Valkyon, asustado—. ¡Huye de aquí!

Le ignore, no iba a abandonarlo.

La ninfa se sorprendió al verme, observándome con ojos rabiosos, mientras esforzaba una sonrisa maléfica.

¿Así que, estamos entre amigos? —siseo—. No tenía pensado eliminar a alguien más, pero tu seras una deliciosa excepción...

Sin a penas darme tiempo a reaccionar, una rama de un grosor bastante razonable se abalanzo sobre mi pecho. Oí el grito ahogado de Valkyon, y cerré los ojos con fuerza, protegiéndome el torso con mis manos, esperando el golpe.

Pero el impacto no llego.

Sorprendida, abrí los ojos, encontrándome con Ashkore delante de mi, sujetando la rama con una sola mano, mientras que con la otra rodeaba mi cadera, protegiéndome. Las ramas rápidamente retrocedieron de nuevo hacia su dueña.

¡Aaaaash...! —cantó sugerente—. ¡Que malo eres!

Lo sé. —murmuró dentro de la mascara con un cierto toque de picardia, admiro mi rostro unos segundos y volvió a dirigirse a ella—. No hemos venido a jugar, Peda.

Ujum, pero ya que tengo la oportunidad... ¡déjame matar a ese bastardo! sonrió lanzando una mirada asesina al peliblanco.

Esto último me hizo hervir la sangre.

Tranquila, gatita. Ash sujeto mi cadera, evitando que me abalanzase ante la ninfa—. De verdad eres un culo inquieto...

Estúpida Faelienne [ELDARYA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora