• 9| Dos mundos diferentes

4.4K 510 499
                                    

Popee cada vez entendía menos la situación y el hecho de que Papi haga todo un drama innecesario y no explique con claridad la causa de todos los últimos sucesos lo enojaba de sobremanera

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Popee cada vez entendía menos la situación y el hecho de que Papi haga todo un drama innecesario y no explique con claridad la causa de todos los últimos sucesos lo enojaba de sobremanera. ¿¡Cuánto costaba decir la puta verdad del asunto!?

Kedamono notó la creciente desesperación y confusión en el rostro de su amor platónico y suspiró para luego fijar su mirada en Papi.

—Entonces...¿quieres decir que estar en un hospital es malo? —comenzó tratando de buscar explicaciones antes de que Popee explotará.

—No es malo en realidad. Es malo que ustedes permanezcan aquí.

Por el rabillo del ojo, las orbes moradas se posaron en la expresión del rubio. Esto estaba empeorando.

—Bien, pero, ¿por qué nosotros no...?

Las palabras de Kedamono quedaron en el aire por culpa de la ya esperada interrupción del paciente, quien se sentó con brusquedad en la camilla dispuesto a obligar a su padre a hablar de una vez por todas. El ahora humano se asustó por la salud del menor y lo sostuvo de ambos brazos, forzándolo a que se recostara.

—Ya, ya...déjamelo a mí —susurró Keda con suavidad mientras acomodaba la almohada donde reposaba la cabellera rubia.

Los luceros celestes se iluminaron por un momento, creyendo ver al ser más paciente y compasivo frente a él. Luego de un suspiro fastidiado, cerró los ojos y se cruzó de brazos al mismo tiempo que el pensamiento de ¿qué hubiera sido de mí sin este lobo? rondaba por su cabeza.

Confiaba en él y esperó otra vez la respuesta de Papi.

—¿Por fin se tranquilizó el bebé? —comentó con burla el disfrazado de sol.

—Mejor cállate con tus estupideces y responde —refunfuñó el adolescente con molestia.

—Verán, sé que ustedes son un par de tontos y están apresurados por una respuesta pero en lo que deben estar preocupados en este momento es en salir de aquí. Rápido.

Hubo un efímero ambiente sin ruido, sólo las pisadas de la gente falsa que recorría el hospital. Sólo personas sin un espíritu verdadero y controlados para ser lo que la realidad quería: ser normales.

—¿No quieren confiar en mí, verdad? —Frustado, Papi, cerraba los ojos mientras sostenía con sus dedos el puente de su nariz. En verdad pocas opciones quedaban—. Bien, que coste que traté de salvarlos.

Sin decir más, dio una fugaz vista a los dos muchachos y se volteó en silencio. Con un paso bastante firme para lo que era su típico andar.

Kedamono y Popee observaron en silencio, estupefactos por dentro y con un temor irreconocible y desconocido naciendo. ¿Qué acababa de ocurrir?

—¿C-crees que es buena idea seguirlo? —tartamudeó nervioso el más grande, mirando de reojo al cirquero quien no apartaba su atención de la puerta donde Papi se había retirado.

Anormal 『PopKeda』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora