ChanYeol es un artista: sus lienzos son las hojas y las palabras son la obra maestra que se plasma de a poco, entre borrones y agregados por demás de letras, acentos, comas, punto y comas, y puntos. En cualquier caso, describiría con lujo de detalles la increíble posibilidad de perderse entre los muslos de una fémina; cómo los temblores, los suspiros de esta, bastan para que el mundo se detenga con la mera intención de apreciar o escuchar sobre aquel acto íntimo. Sus palabras no se quedan cortas, tampoco sobran, son exactas, pero esa vez, no habla de erotismo.
Escribe algo mejor que eso, refiriéndonos a poemas. Versos expuestos en papel con todo el amor del mundo que un hombre puede entregar a aquella persona especial, quien tiene por nombre SeHun, y pronto se encuentra observándole desde la puerta; apoyado contra el borde de dicha entrada al cuarto de trabajo del mayor. Mechones rizados caen por su frente, algunos cubriendo su vista, y ChanYeol voltea solo para conservar en su mente la presencia etérea del joven de veintitrés. Por supuesto que, ninguna obra del escritor se compararía jamás o llegaría a asimilarse a la figura de Oh.
—¿Trabajando hasta tarde? —inquiere con suavidad este, como si evitase perturbar el ambiente calmo donde se hallaba sumido ChanYeol. Por contrario, este se sintió hasta mejor que hacia segundos atrás, donde no se agregaba la voz del menor.
—Algo así... —el escritor de seudónimo "Loey Park" terminaba de estirarse, para entonces partir de su aposento, alcanzo a SeHun y tomando las caderas de este con suavidad. Hoy, sus labios tenían el ferviente deseo de trazar sobre el cuerpo de su pareja, todos esos poemas que en palabras no puede colocar, porque siente de verdad que no le alcanzan; aunque quisiera regalarle el cielo y todas las estrellas, no hay moneda ni galaxias que abarquen con suficiencia para el interminable amor que sentía del autor, quien en algún momento fue reconocido por sus relatos eróticos.
ChanYeol había dejado de escribirlos al momento en que se encontró con Oh SeHun, y si bien su vida se transformó en un tira y afloja al conocerse en la biblioteca, por parte de ambos -sumando los juegos sexuales que envolvieron su relación-. La incapacidad del robusto escritor para volver a relatar sobre mujeres de hermosos atributos, era notoria. Sus compañeros de editorial se percataban de ello, incluso amigos cercanos, parejas en la intimidad, sentían que la llama del novelista-cuentista se apagaba entre ellos. Pero con el veinteañero, era renacer de vuelta; pasión personificada entre ellos, sus cuerpos danzando al ritmo de una canción que solo sus oídos podían escuchar, junto a suspiros, jadeos, gemidos. Todo eso, creaba la perfección. Todo eso, era amar del bueno.
En la actualidad, no es tarde como dice el menor pero, las ganas por ir a la cama, son mutuas. ChanYeol se separa de SeHun para ir a guardar el escrito abierto de su computador, apaga dicho dispositivo, y finalmente ordena algunos papeles cuales contienen oraciones sueltas. Acomoda todo su lugar de trabajo hasta dejarlo impecable, y cual imán, su cuerpo vuelve hasta el otro ya dentro de la habitación, plantando así un tierno beso sobre su mejilla. Las luces de la sala se apagan, y entre pasos torpes, llegan al cuarto.
En un santiamén los besos entre ellos, de ternura pasan a humedad caliente, con un bailar de lenguas automático cuando crece la necesidad por mas contacto. La carnosidad de ChanYeol se adentra en la boca del mas joven, explorándola como si fuese la primera vez aunque, en realidad, es mas habitual de lo que parece este tipo de escena entre ellos. La vergüenza no existe, a pesar de que el de piel mas pálida sienta sus mejillas tomando calor, tiñéndose de un carmesí suave, producto de las manos del mas alto –tan solo por unos centímetros mas– aferrándose fuertemente a sus caderas, aprisionándolas, y como siguiente consecuencia ganándose un jadeo. Le encanta, si es sincero, y la señal es suficiente para tener a sus manos paseando por las curvas de su amado.
Ya han realizado ese acto muchas veces, y conocen cada mínimo gusto del otro. Desde la adoración de SeHun por ser llamado "buen chico", hasta la jodida costumbre de ChanYeol por moverse demasiado lento, con la intención de hacerle enloquecer. Asegura este último, que ninguno de sus escritos, ninguna de sus otras experiencias ajenas a las vividas con el menor, podían reflejarse como fuegos al igual que con este. Se llevaban mutuamente al borde del abismo, sosteniéndose siempre uno al otro, y no había motivo entonces para caer. De todas formas, si lo hacían, sería juntos.

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Poemas en la piel » chanhun
FanfictionChanYeol Park era escritor de los mejores cuentos y novelas eróticas a nivel mundial, a pesar de que su éxito comenzó en su país de origen. Un día, deja de escribir sobre erotismo, para dedicar poemas, y no a millones de personas: solo a una. ...