•Capitulo 68•

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Clay me miró, confundido, supongo que preguntándose que hacia ahí si hace apenas ayer lo había mandado al carajo.
Llevaba 2 yesos uno en la pierna izquierda y el otro el el brazo derecho.
Me dio lástima y pena, quería correr y pedirle perdón.
Pero la mirada del señor Anderson me hizo arrepentirme de estar ahí.
Me di la media vuelta, dispuesta a salir e irme de regreso a mi casa. A observar ahora yo a Clay por la ventana.

-Clay: ¡Carlie!

Me gritó y yo volteé enseguida.

-Clay: ¿a dónde vas?
-Carlie: Y-yo vine porque mi tío está aquí, tra-trabajando.
-Clay: ¿tu tío?
-Carlie: Si, se llama Pe-pa-Pavo digo Paco.
-Clay: ¿crees que me puedas llevar a casa?

El padre de Clay se entrometió.

-Caleb: Claro que no, al parecer el accidente también te afectó el cerebro.
Te vas a ir con nosotros, tu madre, tus hermanas y yo, y después irás a casa, dormirás y te olvidarás de esta muchacha.
-Clay: Te recuerdo que tengo 21 papá, soy mayor de edad, no tienes autoridad sobre mi en lo absoluto, soy capaz de tomar mis  propias devociones, y ahora tomo la decisión de irme con Carlie, y estas loco si crees que me voy a olvidar de ella.

Puse cara de asustada, jamás había visto a Hannah, Sarah, mucho menos a Clay contestarle de esa manera a su padre o a su madre.

BÉSAME • A. Martínez (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora