La castaña bajó hasta el baño. Se quitó el pijama, intentando con todas sus fuerzas no mirarse en el espejo, sin embargo, acabó haciéndolo de todos modos.
Se odió. Las lágrimas inundaron sus ojos cuando se subió en la báscula. Aquel aparato del demonio marcó los 65 y sollozó.
Sin embargo, no lo hizo por su aumento de peso, ni por su fealdad ascendente.
Lo hizo porque Peter ya no estaba a su lado para convencerla de que seguía siendo preciosa, a pesar de que era una gran mentira.
Él ahora estaba con alguien que sí le merecía. Él había encontrado a alguien que estaba a su altura. Era simple, gente como Bethany no podían estar con gente como Spiderman.
Peter prefería a Raven. Y no era tan difícil de entender.
Se colocó sus vaqueros con unas botas y una camiseta escotada. Con recelo, se cubrió los brazos con la chaqueta de Peter.
El aroma de cítricos la envolvió por completo, y por un momento pudo sentir la presencia del arácnido a su lado.
El Peter del que ella se había enamorado parecía alguien completamente diferente a aquel que besaba a Raven delante de ella.
Sintiéndose patética por seguir aferrándose a un amor que, muy a su pesar, no era correspondido; salió del baño.
El reloj marcaba las doce y media cuando Bethany bajó las escaleras hasta la cocina.
Cogió una de las tazas del armario, llenándola de frío café. Movió sus dedos, haciendo que el fuego que emergió de sus manos lo calentara.
Sus castaños ojos miraron más allá de la ventana. El prado de altas hierbas estaba plagado de héroes lanzándose ataques los unos a los otros, entrenándose para una batalla que sabían que no iban a ganar.
Tal vez podrían intentarlo de otra manera, tal vez podrían idear otro plan. Pero estaban derrotados, Agatha dejaba mella y todos lo notaban.
Aún no habían acabado de recuperarse de Tecna cuando Ágatha había aparecido, y con ella, el poderoso y aparentemente invencible Thanos.
Cruzó la puerta principal, recibiendo varias miradas que con esfuerzo ignoró. Llegó hasta la orilla del lago, sentándose junto a la orilla.
Dejó su vista fija sobre la superficie del agua. En cuestión de segundos los golpes de Nébula, el roce del metal y el sonido de los poderes saliendo de la gema de Steven Strange desaparecieron, convirtiéndose en un sonido constante.
En un susurro constante. El "te quiero" de Peter se clavaba en su pecho una y otra vez, sin piedad. La martilleaba sin cesar. Nunca nada había dolido tanto.
Apretó sus puños. Sentía como el mundo se le caía encima y como nada ni nadie podía pararlo. Ya no había nada que arreglar, no había tiempo. En menos de veinticuatro horas ella estaría montada en una nave, para enfrentarse a un titán que no tenía planes más allá de matarlos a todos.
Su vida paraba allí, y a pesar de que era una idea aterradora no podía hacer nada para cambiarlo. Se había pasado toda la noche dándole vueltas a la cabeza, y se había dado cuenta de que nunca tenía los mandos de su propia vida.
A pesar de que preferiría esperar a que Thanos atacara con todas las defensas en pie, eso no era decisión suya.
- Bethany.—la llamó Laura, llegando a su lado.
La joven alzó la vista, dejando ver a la ojiverde la palidez de su piel y las grandes ojeras que rodeaban sus tristes ojos.
- Ayer Clint habló con los niños, ya lo saben.
La gema brilló deslumbrando a la mujer, y los ojos de la castaña se abrieron como platos.
Había esperado tanto por aquel momento que la idea de formar parte de una familia no la chocó como debería hacerlo.
- ¿Qué dijeron?—preguntó, temerosa ante la respuesta.
- Nunca los había visto tan felices.—dijo Laura con dulzura.—Me pidieron que fueras a buscarles cuando salieran del colegio.
- Está bien.—contestó la joven.
El silencio incómodo que Bethany tanto odiaba se hizo paso antes de que Laura extendiera su delgada mano hasta ella.
La joven la aceptó dudosa, para verse segundos después envuelta en un abrazo. Apretó la cintura de la madre de sus hermanos con fuerza, encontrando en el gesto una extraña y reconfortante sensación.
- No tienes nada de lo que preocuparte.—susurró en su oído.—Puedes venir cada vez que quieras. Ahora formas parte de la familia.
Bethany sonrió por primera vez en mucho tiempo. Se separó con recelo, mirando a Laura con brillo en los ojos.
- Me voy, o llegaré tarde.—dijo, a lo que la mujer asintió.
Volvió a cruzar la pradera hasta llegar al negro caballo. Acarició su cuello, tranquilizándolo antes de poner su pie en la montura y subir a él.
Intercambió una mirada con Clint antes de agitar las riendas. El arquero sonrió. Poco después Bethany repitió su gesto.
...
- Señor.—dijo Ágatha cuando entró en la sala del trono.
- Cada día me descepcionas más, hija mía.—anunció con su gruesa voz.
- Tecna no está con ellos.
- Lo sé. La he visto. Sabe lo que le estás haciendo a su hija.—contestó él, girando la gran silla sobre su propio eje y mirando a la alada mujer con frialdad.—Explícame cuál es la función de ese bloqueo en la mente.
La mujer pensó sus palabras. Era consciente del poder que el titán tenía, ahora que tres gemas del infinito decoraban el guantelete.
- La hija de Tecna es débil. Y ese bloqueo es capaz de romper todos sus equemas y fortalezas.
- Tecna guarda el espíritu del chico. Dime, ¿qué pasará cuando lo libere?
- El chico asume la mentira.—contestó ella, con un ligero temblor en su voz.—Lo comprobé en Tony Stark. Ambos asumen que lo hicieron.
- Más vale que esto funcione, Ágatha. Ya sabes lo que pasará si no es así.
La ocre mujer asintió. Salió de la gran sala, avanzando con pasos firmes por el laberinto que era la guarida de Thanos. Rozó el suelo con sus metálicas alas cuando giró y empujó la puerta de sus aposentos personales.
La estancia oscura estaba sólo iluminada por la cámara de agua que había situado en medio. Dentro, el perfeccionado cuerpo de una muchacha rubia esperaba volver a ser usado.
Sus azules ojos se abrieron cuando su dueña se situó frente a ella.
- Hola, Raven.
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(1) Barton; Peter Parker, The Avengers.
Fanfiction" -Estaban enamorados. Se notaba por la manera en la que se miraban el uno al otro, cómo si tuvieran el secreto más maravilloso del mundo entre ellos." Donde los complejos y las inseguridades matan, donde la verdad es el objetivo mayor y el pasado d...