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Capítulo 1. ¡El chico malcriado!

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¡El chico malcriado!

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¡El chico malcriado!

Corrí hacia el ascensor lo más rápido que mis piernas me lo permitieron. Abrí los ojos al darme cuenta de que la puerta se iba cerrando. ¡Maldición, llegaré tarde! Apresuré mis pasos, mordiendo los labios con fuerza. Tenía que llegar a tiempo al trabajo o de lo contrario mi jefa no tendría más compasión por una simple empleada. Ya iban tres tardanzas en esta semana, una más y estaría despedida.

—¡No! —grité con todas mis fuerzas, viendo cómo la puerta se iba cerrando.

Estaba a punto de tirarme por las escaleras cuando la mano de una persona frenó las puertas del ascensor. Suspiré, dandole gracias a Dios por tener piedad de mi pobre alma. Me adentré con rapidez, acomodándome en la esquina. Tragué saliva al ver a la persona que —sin saberlo— me había salvado el pellejo.

Un chico de corta melena negra me miraba con detenimiento. Sus facciones eran muy varoniles y si mis cálculos no me fallaban, diría que no pasaría de los veinticinco. Su piel pálida contrastaba con sus ojos azul celeste.

Llevaba tres años viviendo aquí y sin duda alguna, jamás lo había visto por el lugar.
Lo escuché carraspear y de inmediato aparté la mirada. ¡Qué vergüenza, me había pillado observándolo! Me puse recta en mi sitio, mirando como los números de los pisos iban bajando.

Cuando di por sentando que el chico ya no me prestaba atención; fijé mi vista en él. No fueron sus increíbles ojos pequeños o sus labios tan gruesos que me incitaron a querer mirarlo de nuevo; el hecho de que estuviera sentado en una silla de ruedas llamó mi atención por completo. Entonces la puerta se abrió.

—A la próxima me sacas una foto —escupió y sin mirarme si quiera, se esfumó sin esfuerzo alguno por los pasillos del apartamento.

Abrí mi boca para protestar pero la cerré sabiendo que no valía la pena articular palabra. Después de todo, él tenía razón. Lo estaba comiendo con la mirada. Salí de aquel lugar, observando cómo aquella silla de ruedas desaparecía de mi vista junto con el pelinegro. Entonces, sin poder evitarlo, quise saber más sobre aquel tipo tan malcriado.



🌚🌝🌚🌝

• Les presento Ruedas de amor. Espero que les vaya gustando la historia. Es corta, pero creo que es muy bonita y vale la pena leerla ✨. 

¡Nos leemos 👋🏻!

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¡Nos leemos 👋🏻!

Ruedas De Amor ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora