Capitulo 3

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''No lo hagas'' 

        Fue lo último que recuerdo haber escuchado salir de la boca de Zayn. 

Miré a mi alrededor, estaba todo oscuro, supuse que me encontraba en algún cuarto de la casa del padre de Liam, pero... ¿Cómo es que llegué hasta aquí? Lo más reciente que difícilmente mi memoria logra emplear, es que vi a Eleanor bailar con Louis, hasta que en un momento le susurra algo al oído, el oji-azul asiente, y se dirigen, creo yo, por la forma en la que se observaron, a alguna habitación a hacer lo que ya todos suponemos. A todo esto, ya había consumido una muy generosa cantidad de alcohol, y en ese entonces, Zayn me dijo que no lo hiciera. ¿Qué no hiciera qué cosa? Por el terrible dolor de cabeza, imagine que se refería a no beber más de la cuenta, como ya lo estaba haciendo. 

Busqué mi celular por entre las sabanas, cuando de repente, escucho la ducha encenderse, había alguien, alguien estaba en el baño, y yo me percaté de que traía solo los boxers puestos. ¿Dónde estaba el resto de mis prendas? Comencé a pensar en las posibilidades, pero nada se me venía a la mente, continué rastreando mi movil, ignorando la posibilidad de que me haya acostado con algún desconocido. No, no era posible, estaba con Zayn, el no permitiría que haga algo como eso, sabiendo perfectamente lo que significa para mi, el tener sexo con las personas. Hallé el artefacto en el mueble donde se encontraba el televisor, por más que todo estaba completamente apagado, la pantalla del celular alumbró dicho mueble, y reconocí su color caoba. Ese, era el cuarto de invitados.

Escucho el grifo del agua cerrarse, y rápidamente vuelvo a mi posición inicial en la cama, me acuesto dejando el artefacto electrónico debajo de la almohada. La puerta del baño se abre, y con los ojos entrecerrados, veo a Zayn salir, con una toalla envolviendo su cuerpo, sacándome un gran peso de encima. 

 —Hasta que al fin despiertas —dice secándose el cabello.

 ¿Qué es lo que pasó? —interrogué levantando mi cabeza de la almohada, arrepintiéndome por el mareo y profundo dolor que provoqué. Caí de nuevo en la cama, quejándome. 

 —Te lo contaré todo cuando mejores —dijo entregándome una aspirina junto con un vaso de agua—. Trágatela —ordenó. 

 —No la necesito —dije mintiendo, sentía mi cabeza partirse en mil pedazos, pero no me tragaría la pastilla, no. 

 —No te comportes como princesa —dijo el morocho—. Trágatela —volvió a ordenar. 

 —Podría morir ahogado, y sería tu culpa.

 —No exageres —dijo ahora con el ceño fruncido—. O te la tragas, o le digo a tu noviecito que te obligue. 

No entendí a que se refería con ''noviecito'' . Lo primero que me vino a la mente e imaginé que se refería, era Louis, pero, ¿Qué tenía que ver él? Obedecí y a regañadientes me tragué la pastilla, Zayn solo sonrió victorioso.

 —¿Me vas a contar que pasó y por qué estoy en boxers? —pregunté insistiendo. 

 —Necesitas dormir, apenas son las cuatro de la mañana, en cuanto despiertes  te contaré todo, lo prometo —se fue. 

 A los pocos minutos caí rendido en sueño. 

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Desperté por el constante vibrar de mi teléfono celular. Visualicé en la pantalla que eran las seis de la mañana. Tenía nueve llamadas perdidas y tres mensajes de Louis. Ignorando mi mal estar del día, revisé cada texto que me envió el oji-azul. 

The Cell Phone. (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora