La primera semana había pasado volando, tanto que el chico de orbes chocolate se hallaba completamente envuelto en sus colchas agradeciendo nuevamente el fin de semana.
Era medio día y tuvo que pasar al menos otra media hora antes de que lograra sentarse en su cama y otros 5 minutos en lograr despegar los párpados. Tenía hambre y de no ser por eso Hiro seguiría en cama hasta las cuatro de la tarde.
Bajó a la sala común descalzo y soltando un sonoro bostezo mientras se rascaba la panza, sus pasos fueron guiados por un delicioso aroma completamente diferente al del arroz cocido de todas las mañanas.
-Buenas noches Hiro.
Comentó el chico moreno desde la cocina de la casa, el genio de la robótica por su parte miró hacia la ventana incrédulo por el comentario del menor.
-Aún es de día...
Se defendió el chico de tez clara, luego la dulce risa del menor llegó hasta sus oídos, Hiro sólo se limitó a rodar los ojos y a tomar asiento en el comedor.
Su estómago no tardó en exigir un poco de lo que sea que el mexicano estuviera preparando y tuvo que sujetar suavemente su vientre para intentar apaciguar el ruido que sus tripas hacían.
-Enseguida te sirvo un poco.
-No sabía que supieras cocinar...
-Ah, eso es porque ayudo a mamá Elena a preparar el desayuno para todos.
-Ya veo...
Hiro pudo notar como el chico moreno bajaba un poco la mirada después de la mención de su familia, incluso se había perdido ese brillo alegre que caracterizaba a Miguel.
No lo culpaba, después de todo no recibieron buenas noticias cuando fueron a la estación de policía la semana pasada...
......
El domingo pasado.-Eh... perdona. ¿Podrías repetirme el país del que vienes?
El oficial de semblante aburrido tecleaba con pereza en la computadora, Honey llegó a preguntarse si en verdad estaba buscando o si sólo aparentaba.
Por la cara que el oficial traía uno diría que le molestaba la presencia de los chicos en la estación de policía.-De México señor...
Volvió la vista a la pantalla del computador y volvió a teclear, tuvieron que pasar unos minutos antes de que el policía volviera a hablar.
-Mmm... Lo siento, no ha llegado ningún registro de una persona desaparecida.
-Por favor, ¿No puede volver a revisar? Tal vez algo más específico sirva...
-Ya tengo todos tus datos niño... Miguel Rivera, 12 años, México... No nos ha llegado un reporte de una persona desaparecida con esos datos.
El guardia suspiró con pesadez mientras masajeaba su nuca, odiaba el trabajo de oficina.
-Llamaremos al número que nos dieron si sabemos cualquier cosa. ¿Está bien?...
Miguel sólo pudo asentir y bajar la mirada, sólo le quedaba esperar para volver a su país, aunque para él la ley no fuera de mucha ayuda en ese momento.
Los chicos salieron de la estación de policía suspirando, de todos los pequeños secuestrados Miguel fue el único que tuvo ese problema, los amigos de Hiro querían creer que se debía al poco tiempo que tenía la desaparición del menor. Tal vez tardaría un poco más en llegar un aviso de persona desaparecida hasta San Fransokyo por estar en el punto medio de América y Asia.

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Entre cerezos y cempasúchil.
FanfictionHiro esperaba escuchar llantos y gritos incontrolables de niños pidiendo por los brazos de sus padres cuando fue llevado a esa bodega abandonada, pero sólo pudo escuchar una guitarra siendo tocada con suavidad y una voz que hablaba en un idioma que...