-Al menos hago algo más que lamentarme. -Dijo con voz afectada

-Solo te humillas al degradarte de esa manera, ofreciéndote como un vil trozo de carne.

Eso le valió una buena bofetada de parte de la chica, que temblaba conteniendo las lágrimas. Ella admitía que era patética al buscar que Alex fuera feliz a costa de lo que fuera, pero le hería que pensara en ella de esa manera.

Jamás en todos esos años de conocerse habían discutido como lo hacían en esos momentos, nunca de manera tan acalorada, nunca lanzando dardos venenosos que buscaban herir y lastimar al otro. Se conocían demasiado bien y nunca antes eso había representado una debilidad, pero justo ahora en los calores de al discusión Alexander la había ofendido al igual que lo hiciera ella.

-¿Ofrecida? ¿Esos es lo que soy para ti? -Cuestiono con la voz quebrada y sus pestañas húmedas por las lágrimas que  inútilmente trataba de contener.

-Te la vives pegada a él, incluso más que Hermione que es su novia, lo buscas, lo persigues, te le insinúas, basta que lo veas pasar para seguirlo, te inscribiste en el club de duelo por estar con Malfoy no sin antes convencer a Granger que debido a su golpe y pérdida de memoria no era conveniente que ella se inscribiera. Podrás engañar a todo mundo, pero a mí no te conozco lo suficiente, a mi no me engaña tus falsedades, sigues siendo una niña mimada y caprichosa que solo piensa en si misma, no te importa lastimas a Hermione en el proceso, incluso dudo que Draco te interese realmente, así que por si no he sido lo suficientemente claro, te lo voy a poner de esta manera, si caminas como pato, te vez como pato y haces cuac no se necesita ser muy inteligente para saber que eres ¿No crees?

Dejo su pregunta al aire, sin esperar respuesta, aunque a esas alturas Samanta era incapaz incluso de moverse, lo vio subir airado los escalones que conducían a las habitaciones y ella sin fuerzas se dejo caer hasta terminar completamente recostada sobre el frio suelo de piedra y se quedo ahí hecho un ovillo incapaz de hacer nada.

Si alguien hubiera estado lo suficientemente cerca para escuchar, hubiera notado el sonido lastimero de un corazón rompiéndose.

Sam había creído ciegamente que sus intenciones eran dignas, que si bien ella no sería feliz sin él, estaba dispuesta a sacrificarse para que Alex lo fuera, pero ahora se sentía incapaz de seguir  con toda esa plan que había diseñado solo por él.

Después de ese dolor abrumador, le siguieron otros sentimientos aun más turbios, siento odia, ira, frustración y fue eso lo que la llevo a levantarse y subir a tropezones por los escalones.

Abrió la puerta sin pedir permiso y no se detuvo hasta estar de nuevo frente a Alexander que tenía los ojos enrojecidos signos de que el también estaba destrozado, vio en sus ojos arrepentimiento y culpa por lo que le había dicho y por un momento, solo por un momento le invadieron las ganas de lanzarse a sus brazos para consolarlo.

Pero no lo hizo por el contrario de nuevo le hizo que girara el rostro por una fuerte bofetada.

-Quizás tienes la razón y soy una niña mimada y caprichosa, pero al menos no soy una patética cobarde. Y si eres tan jodidamente inteligente no entiendo como a estas alturas no ves más allá de tus narices. Todo esto no se trata de mi, se trata de ti y mas te vale que empieces a hacer algo para ayudarte a ti mismo. Porque esta ofrecida ya está cansada de escuchar lamentaciones y que no hagas nada.

Salió dando un portazo.

Cuando horas más tarde llegara Hermione a su habitación se encontró con una imagen triste de una rubia a la que no lo quedaba ni un poco de orgullo para erguirse y que no la viera tan apabullada.

-¿Qué te pasa?

-No me pasa nada.

Pacientemente Hermione se sento en la orilla de su cama.

-Se que no somos demasiado amigas Samanta, pero te aseguro que puedes confiar en mi. -Le dijo la Gryffindor con sinceridad.

Misma sinceridad que hizo sentir aun mas mal a la rubia, ella no merecía sus atenciones, ella estaba dispuesta a arruinarle la vida y mandar al diablo su felicidad con Malfoy solo para hacer que cayera en los brazos de Alexander. Y a pesar de todo, y con todo y sus malas intenciones hay estaba Granger restregándole en la cara que era mucho mejor que ella, estaba a su lado ofreciéndole un consuelo que no merecía y su preocupación era tan sincera y autentica que la desarmo por completo.

No dijo nada, que podía decirle en esos momentos, que estaba planeando sabotearla. No pudo hacer otra cosa que llorar y llorar hasta que se quedo dormida de tantas lágrimas, con Hermione a su lado acariciando su cabello corto rubio para tranquilizarla un poco. Paciente no pregunto nada la leona solo se limito a estar ahí intentando reconfortarla, ella que sabía de lo que se avecinaba.

Draco Busca EnamorarseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora