Rogaba a Merlín porque alguien se apiadara y le lanzara un obliviate para borrar de su memoria todo lo ocurrido ese día, prefería vivir en la negación o la ignorancia de esos sentimientos que sabia no debía sentir y eran antinaturales considerando de qué estaba hablando del maldito ex mortifago que le estaba jodiendo la vida desde que puso un pie en ese colegio.

Cuando fue consiente otra vez de sí misma se encontró en un pasillo desconocido pero que para su suerte era una salida del castillo. Respiro aliviada cuando se encontró libre de alguna manera de esas paredes que tanto amaba pero que ahora la asfixiaban.

Lo que no noto por esta tan ensimismada en sus pensamientos y reproches contra sí misma fue que Malfoy la había estado siguiendo desde que salieran de la torre de premios anuales.  

Al menos Merlin la había escuchado y mostraba un poco de caridad a favor de la castaña al permitirle encontrar una salida solo visible para aquellos que desearan con todas sus fuerzas y de manera desesperada encontrar una salida y dado que Malfoy lo único que pretendía con esa persecución era seguirle jodiendo la vida en cuanto salió Hermione se cerró la pared como si se tratara de la sala de menesteres escondiéndose de los ojos curiosos.

Ese pasadizo había sido creado muy recientemente como medio de escape en caso de que el castillo fuera nuevamente atacado, así los alumnos pudieran ser evacuados, su ubicación solo la conocía la directora, los jefes de cada casa y ahora Hermione y hasta cierto punto Draco.

Siendo tan nuevo ese pasadizo no estaba marcado en el mapa de los merodeadores, por lo que Hermione ahora tenía una alternativa cuando deseara salir del radar, ya que también estaba protegido por varios hechizos para no ser localizados aquellos que salieran por él, como medida de protección para los alumnos que usaran ese escape en posibles evacuaciones.

Para el que definitivamente no era su mejor día, por el contrario sin duda este estaba entre los peores, era para Draco que estaba armando tremendas berrietas cuando la salida del pasillo se sello y no pudo seguir a Granger.

Estaba furico maldiciendo a todo pulmón, atinando un par de golpes con su puño en la firme pared de piedra, lastimando sus nudillos, sin embargo dentro de su frustración no sintió dolor alguno.

-Piensa, piensa, que hizo esa impura para que se abriera. -Hablaba en voz alta, caminaba de un lado a otro en el pasillo buscando la manera de abrir de nuevo esa pared.

Recordó repentinamente la sala de menesteres, y se le ocurrió pensar que podía ser esa pared de una naturaleza igual o similar a esa sala que aparecía delante de quien la necesitara con urgencia, con todo lo que pidiera.

Se planto frente a la pared por la que había salido tiempo atrás la castaña y cerró los ojos no solo para tranquilizarse, si no para pensar que sería exactamente lo que deseaba esa insufrible mujer.

Libros, pensó primero, pero le pareció estúpido que saliera del castillo solo para ir por libros, como si no le bastara la biblioteca, aunque se dijo a si mismo que conociéndola era capaz de asaltar cuanta librería se le pusiera en frente. Pero descarto esa posibilidad.

Salir para ayudar a san Potter y el pobretón Weasley pudiera ser una buena opción tomando en cuenta las veces que les había salvado de moría al par de idiotas que no podían valerse por si mismos, pero tomando en cuenta de que la había seguido desde la torre que compartían y que en ningún momento había hablado con ese par, esa tampoco era la respuesta.

Frustrado recargo la frente en la fría pared, deseando encontrar esa salida, quería encontrar a Granger de manera desesperada, de manera tan urgente que incluso a el le pareció extraño. Porque si duda era un deleite hacerla enfurecer, pero bien en su ausencia podría ir tras los de primero o segundo a hacerles un par de bromas, asustarlos, burlarse de ellos,  mas no era lo mismo, la quería a ella, deseaba fastidiarla, solo ella podía hacer que sintiera un poco de alivio al decirle sus retorcidos insultos hasta ver como se coloraban sus mejillas llenas de ira, centellaban sus ojos castaños, fruncía el ceño enojada y mordía su labio con tal ímpetu que parecía incluso que lo haría sangran.

Se sorprendió a si mismo pensando de esa manera en la insufrible leona, y a punto de maldecir de nuevo, pensó en cuanto deseaba salir de aquellas paredes que cernían sobre el asfixiantes. Lo que provoco que la pared se abriera y se fuera de bruces por estar con la frene pegada en ella.

Solo por sus buenos reflejos alcanzo a apoyar sus manos antes de que su tan apreciado rostro se impactara de lleno contra el suelo. Se recompuso de inmediato sacudiendo sus ropas y se encontró ante una hilera de altos setos que protegían a la vista esa salida del castillo que curiosamente no se había cerrado, aunque habría que considerar que el motivo por la que permanecía abierta era que no habiendo persecución no había la necesidad de cerrarse.

Draco camino hasta una brecha entre los setos y se encontró con que estaba en la parte trasera del castillo, donde se podía apreciar una buena parte del lago negro y unos jardines que antes no había visto. Pero no se detuvo mas en ver el paisaje o admirar el tranquilo lago que parecía un espejo, o los verdes prados de los jardines, o la vegetación peculiar que ahí crecía, su mirada se detuvo en otra parte.

Draco Busca EnamorarseOù les histoires vivent. Découvrez maintenant