(1) Barton; Peter Parker, The Avengers.

2; 1.6

Dejó que al agua ardiera contra su piel. Envolvió su cuerpo en una toalla, sin embargo, sus ojos se clavaron en el espejo.

No había separación entre sus piernas. Sus pechos tenían estrías, al igual que sus caderas y muslos. Su vuentre había aumentado notablemente, las costillas ya no eran tan visibles.

Apretó su mandíbula. ¿Tan tonta era como para no darse cuenta de que Peter jamás sería capaz de enamorarse de alguien como ella? ¿De verdad había sido tan insensata, tan imbécil, tan creída?

Salió del baño dando un portazo seco. Las lágrimas resbalaron por sus mejillas. Nunca se había sentido tan confundida, no sabía hasta qué punto aquella supuesta historia de amor había sido cierta.

Ya no sabía si Peter la había llevado a todos aquellos sitios porque la quería o sólo para disimular que era otra mujer la que le hacía feliz. Ya no sabía si aquellas noches de lujuria para él habían significado algo, ya no tenía ni puñetera idea de hasta qué punto todas las cosas que él había dicho eran ciertas.

¿Él la quería? ¿Era ella tan especial como el joven Parker daba a entender? ¿Por qué se había esforzando tanto en fingir algo que no era real?

El Peter del palacio parecía alguien comoletamente diferente a Peter Parker. Bethany se preguntó si el Peter Parker del que ella se había enamorado sería capaz de hacer algo así.

La respuesta, indudablemente, era no.

- Bethany.-la llamó Tony desde el otro lado de la puerta, interrumpiendo sus envenenados pensamientos.

- Espera un momento.

Se colocó la ropa todo lo rápido que pudo, y corrió hasta la puerta. Al abrirla, todo un ejército de técnicos metieron su cupo en la habitación, acaparándose alrededor de una esquina libre.

- Tony, ¿qué...?

- No voy a dejar que vayas a tocarle las narices a ese cabrón gigante con ropa de calle.

Ella alzó su ceja. Al cabo de media hora, una cápsula estaba instalada en su desordenado cuarto, y dentro de esta, un increíble y reluciente traje negro.

- Es antiinflamatorio, con protecciones extra en todos los puntos cardinales del cuerpo, con funciones especiales, y...calefactor.

- ¿Para qué quiero un calefactor, Tony?

- El espacio es un sitio frío de cojones.-exclamó él, sarcástico.- Yo no me ocupé del diseño, le habría puesto un poco más de color y...

- Es perfecto.

Él sonrió.

- Lo diseñó Peter. Hace meses. Ese chico te conocía más que cualquier otra persona.

Ella suspiró. Tembló por un momento, y entonces lo vio, la pequeña araña bordada en el hombro de la chaqueta.

Sintió el brazo de Tony sobre sus hombros, y no pudo evitar el impulso de acercarse a él, disfrutando de su compañía.

- Gracias.-dijo, tiempo después.- De verdad Tony, gracias.

- ¡Señoras y señores!-exclamó, levantando los brazos y gritando por el pasillo.- ¡Bethany Barton, la primera persona en toda esta puñetera ciudad que le agradece algo al viejo Tony!

...

-

Vale, ya está.- dijo Bethany cuando el caballo por fin bajó de la nave. El animal la rodeó con su fuerte cuello, haciéndola sonreír.