CAPÍTULO 12

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A la mañana siguiente me desperté con los brazos de Austin rodeándome la cintura. Intente levantarme pero nuestras piernas estaban entrelazadas.

Austin me agarró y me acercó más a él. Yo me revolví y conseguí levantarme. Subí a la habitación de Adriana y como suponía, estaba dormida como un tronco.

-Tss, despierta- susurré

- 5 minutos más mami- suplico ella.

- ¡ADRIANA, TUS PADRES LLEGARÁN ENSEGUIDA! ¿NO VES QUE ES DOMINGO?

-¡QUE NO GRITES! -chilló lanzándome una almohada- ¿A quién se le ocurre despertarse a las 10:30?

-A la gente normal que no tiene resaca. -conteste divertida- Si no recoges el salón, tus padres verán que has hecho una fiesta esta noche.

-En cinco minutos me levanto...vete empezando tú...

-Esta bien pero me voy a ir a vestir ahora, cuando termine te quiero ver levantada. -insistí.

-Vale, vale... te lo prometo- dije ella tapándose con las sabanas.

Baje hasta la habitación y vi que Austin ya estaba despierto.

-Buenos días. -sonrió. Se le notaba cansado.

-Hola- le sonreí- ¿Qué tal tu resaca?

-Mejor ahora que te veo.

-No te hagas el romántico que no te pega- bromeé.

- Me ofendes- rió.

-Me voy a ir vistiendo porque los padres de Adriana llegarán pronto y no nos pueden ver aquí...

-Vale... ¿me devuelves ya mi camiseta?- preguntó divertido.

-No se de que me suena esta conversación...

-¿Qué? Lo siento, no me acuerdo de nada... Por cierto, anoche caíste en mis brazos ¿eh? Aunque creó que estamos yendo muy rápido. -bromeo.

-¿Lo dices porque dormimos juntos?-pregunté.- No me caí en tus brazos... más bien me tiraste tu.

Ambos reímos.

-Ahora vengo. -dije mientras cogía mi ropa (la del día anterior) y me dirigía al baño.

Volví y le dí la camiseta a Austin.

-Será mejor que nos vallamos ya. -sugería.

-Claro, ¿te acompaño a casa?

-Mmm.. -dude.- vale.

Salimos de la habitación y subimos donde Adriana, que como suponía, seguía durmiendo.

-DESPIERTA. -gritamos.

-Joder... -se quejó mientras se levantaba de mala gana. 

Bajamos y la ayudamos a recoger el salón, que estaba hecho un auténtico desastre. Botellas de alcohol por todos los lados, vasos en el suelo...

-Cómo si nunca hubiera habido una fiesta. - dijo Adriana al terminar de recoger el salón. 

-Buenos nosotros nos vamos ya. -señaló Austin.

-Adiós. -me despedí.

Salimos de la casa y nos dirigimos a la mía, que no estaba muy lejos de la de Adriana. 

-Deberíamos volver a salir algún día. -sugirió con una dulce sonrisa. ¿Por que tenía que ser tan mono?

-Si estaría genial. -le delolví la sonrisa. -Bueno, esta es mi casa... adiós.

A dos minutos del odio.Where stories live. Discover now