•Capitulo 39•

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A las 6 a.m. me despertó una alarma. Me pareció raro pues yo no la había programado.
Vi mi celular y la alarma decía, Buen día bella durmiente, lamento despertarte, pero hoy será un gran día, levántate ya y lee las cartas, te quiero, -Nathan.
Me senté en la cama y me puse mis pantuflas. Me puse de pie y me mire al espejo del tocador. Al tallarme los ojos y ver con más claridad pude notar la carta que había pegada en el espejo.

 Al tallarme los ojos y ver con más claridad pude notar la carta que había pegada en el espejo

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Me arreglé en menos de 40, como dijo Nathan, y al terminar bajé.
Efectivamente estaba preparado un desayuno que se veía delicioso.

En la mesa había un sobre

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En la mesa había un sobre.

He hice lo que me indicaba, comi y rápidamente tome el sobré y subí a mi habitación

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He hice lo que me indicaba, comi y rápidamente tome el sobré y subí a mi habitación.
Lo abrí y me dentro había una carta y un par de pendientes.
Tome los pendientes.

Y luego abrí la carta

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Y luego abrí la carta.

El "Mercy" es un restaurante lujoso de la zona

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El "Mercy" es un restaurante lujoso de la zona.
Me empecé a preguntar, ¿porque Nathan habría echo todo eso?
Alguna razón especial ha de ser.
Me dispuse a bañarme.
Me arregle para el gym, tenía ganas de hacer ejercicio.

Tomé mi botella de agua, unos anteojos y salí, para encontrar a Lea en el jardín, y ella me llevo al gym que había dentro de la finca

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Tomé mi botella de agua, unos anteojos y salí, para encontrar a Lea en el jardín, y ella me llevo al gym que había dentro de la finca.
Empecé a hacer ejercicio, dentro solo había un par de personas, supongo que familiares de Zack, no llamé la atención al entrar.
Comencé tranquilo, a estirar y luego me fui a la caminadora y lo programe para caminata. Luego corrí ahí mismo y  pasé a hacer abdominales.
Cuando acabé en senté en el suelo y tomé mi celular.
Pasó un poco de tiempo y oí la puerta del gym abrirse, pero no le presté atención.
Alguien empezó a calentar frente a mi, pero no lo miré, hasta que sentí su mirada.
Levanté la vista.

Era una chica de largo cabello negro, ojos café, largas pestañas, grandes labios, pómulos definidos, nariz y cejas perfectas y ni hablar de su figura corporal

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Era una chica de largo cabello negro, ojos café, largas pestañas, grandes labios, pómulos definidos, nariz y cejas perfectas y ni hablar de su figura corporal.
Era la chica por la que cualquier chico se moriría, y hablo de cualquiera, hasta Nathan.
La chica noto que la miraba, pero no le causo ningún tipo de intimidación, al contrario, su mirada se tornó más pesada. Como si ya me conociera, pero no solo eso, si no como si me odiara.
Finalmente decidí desviar mis ojos, pues la situación se ponía incómoda, o pensándolo mejor, era yo la única que me ponía incómoda.
La chica empezó a hacer pesas como hombre musculoso.
Lo que me sorprendió, y ánimo a intentarlo, pero, fracasé, no se como lo hacía ella con tanta facilidad si era verdaderamente difícil.
Hasta hacía parecer como si estuviera cargado un par de fideos.
Después de que término con las pesas, me miró, y se tumbó a hacer lagartijas.
Hizo tantas que perdí la cuenta.
Ella era increíble para eso del ejercicio, yo no, así que mejor me fui, me había humillado como todo una profesional.

Llegué a la casa en la que nos quedábamos, y me volví a duchar, pues el no hacer nada también me hacia sudar. O tal vez y era los nervios que me había dado aquella chica.
Salí y ya eran las 5 p.m.
Había pasado gran tiempo.
Me sentía cansada así que me dispuse a tomar una siesta.

BÉSAME • A. Martínez (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora