ᴄᴀᴘ 2: ᴜɴ ᴅɪ́ᴀ ᴄᴏᴍᴜ́ɴ, ɴᴀᴅᴀ ᴄᴏᴍᴜ́ɴ

267K 18.9K 32.5K
                                    

El camino a casa, después de un día escolar, es tal vez uno de mis momentos favoritos; es una rutina que llevo con América y Amanda desde que las tres éramos pequeñas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El camino a casa, después de un día escolar, es tal vez uno de mis momentos favoritos; es una rutina que llevo con América y Amanda desde que las tres éramos pequeñas. Nos gustaba jugar durante todo el camino, compartíamos anécdotas y muchas risas, cosa que no se ha perdido con el tiempo. Aunque, en esta ocasión hemos decidido platicar sobre lo que vamos a hacer al terminar el instituto, después de todo estamos en último año y es hora de pensar en el futuro; debemos prepararnos para el examen de admisión a la universidad, y ni siquiera hemos elegido a cuál iremos.

—Somos un desastre... —me quejo mirando hacia el cielo; éste está completamente oscurecido por las grandes y espesas nubes que lo cubren.

—Aún siento como si tuviera catorce —dice Amanda con humor amargo—. No quiero pensar en qué voy a hacer por el resto de mi vida.

—Tenemos que pensar en ello. —De las tres, Amanda es la única que parece más centrada y menos perdida.

—Sí, pero que no sea hoy —pide América arrugando la nariz—. Perder el ritmo de la vida que llevamos no es algo que desee.

—No podemos retrasar más lo inevitable, es mejor ir pensando en ello.

—Una vez que entremos a la universidad, ya no tendremos tiempo para vernos como ahora.

—¡Eso no pasará! —Amanda se coloca frente a nosotras, mostrando una gran sonrisa llena de confianza—. No importa a qué tan ocupadas estemos, siempre buscaremos la manera de pasar tiempo juntas.

—¡Tienes razón!

—Claro que la tengo. —De pronto su celular emite un pitido y se detiene para averiguar de qué se trata. Al ver la pantalla su sonrisa se borra.

—¿Pasa algo? —inquiero.

—No, es mamá. Quiere que vaya directo a casa.

Continuamos hablando de todo y nada hasta que llegamos a casa de Amanda. Nos despedimos de ella, y América y yo seguimos nuestro camino. He decidido acompañarla a su casa, pues mis padres aún no llegan.

—Parece que no tardará en llover —dice, mirando el cielo.

—Espero que sí, ¡me encanta el olor a lluvia! —exclamo, extendiendo mis brazos.

—¿Recuerdas cuando tu mamá olvidó pasar por nosotras después del cine y tuvimos que regresar a pie?

—Sí, lo recuerdo. Ese día nos agarró una tormenta; todo era un caos, las calles parecían ríos, no podíamos caminar bien y había mucho lodo.

—¡Amanda agarró una bola de lodo y te la aventó!

—¡Dio justo en mi boca! —Hago un gesto, recordando el sabor del lodo.

—Estabas furiosa y le aventaste otra bola de lodo, y después comenzamos una guerra.

—¡Hasta que entre en una de esas bolas de lodo iba una piedra y te dio justo en la frente! Comenzó a salirte demasiada sangre. Estábamos súper asustadas.

Besos con sabor a muerte© (18+) ¡DISPONIBLE EN FÍSICO!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora