Cap. 17

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MARATÓN 3/4

---------- Justin's POV---------

- Hola, hermano... - Me dijo Ryan haciéndome un saludo de manos.

Chaz, Chris, Ryan y unos cuantos tipos más me esperaban en el salón de clases. El maestro aún no llegaba.

- ¿Qué tal? - dije feliz. Era mi primer día de instituto siendo novio de Katherine. Me sentía feliz.

- Ey, bro, te veo muy feliz. - me dice Chris haciéndose el gracioso.

- Sabes muy bien porque estoy así, mamón. - le dije sentándome en el asiento que habían reservado para mi.

- No, no lo sé... - dijo Chris.

- Yo si lo sé. - dijo Ryan. Chaz rió. Chris cambió la expresión de la cara. Estaba confundido.

- Esperen... ¿qué está pasando? - preguntó mirándonos a todos. Nosotros nos miramos entre nosotros y tiramos una gran carcajada todos al unísono. Obvio menos Chris que tenía una cara de pendejo. No sabía nada sobre lo de Katherine. ¿Qué no escucha los chismes? Seguramente estaba en el baño de chicas con una cualquiera haciendo quien sabe que.

- Bueno, pues... Le pedí a Katherine que fuera mi novia. - dije bajito. Pero toda la clase volteó a verme. Yo y los chicos que estaban conmigo los miramos también. Ay, ¿es que no puedo tener vida privada? Ser popular es una mierda. Puedo entender a Katherine... Nunca había sido tan popular. Y hoy ya lo era. Solo por mi.

- Ey, chicos, dejen al hombre tranquilo, que está feliz. No le vallan a dañar el día. - dijo Ryan en voz alta para que todos lo escucharan y efectivamente todos los estudiantes voltearon al frente.

- Bueno, hermano, ¿y cómo es en la cama? - preguntó Chaz muy entusiasmado por mi respuesta.

Maldito cabrón. Que ni se crea que se va a acostar con ella. Ella es mía y de nadie más. Ella y todas sus sensuales partes. Cada palabra, cada movimiento que venga de parte de ella es completamente mío, ¿qué no entiende?

- Mira, cabrón... - empecé a hablar enojado y lo señalé - Si tú te le acercas tres centímetros a ella con malas intenciones te voy a...

- ¿Qué me vas a hacer? - me retó Chaz subiendo la voz.

- Te voy a partir esa cara de idiota que tienes. Para que nunca es tu vida se te vuelva a ocurrir algo con ella. - le amenacé

- Eres muy pendejo como para atreverte a hacer algo... - me miró Chaz desafiante.

Justo cuando me levanté para mostrarle lo que puedo ser capaz de hacer por ella, entró el profesor interrumpiéndonos con un: "Buenos días, perdonen la tardanza". No tuve más otra que sentarme, pero antes le tiré una mirada asesina a Chaz que hizo lo mismo conmigo. Ryan y Chris se acomodaron mirando hacia el frente y los otros chicos que estaban ahí se dispersaron por el salón de clase hasta llegar a sus respectivos asientos.

Chaz se las vería conmigo en el almuerzo. Le diría sus dos o tres. No me quedaría de brazos cruzados. Katherine no es de nadie más, solo mía. Tal vez como antes compartíamos a las zorras de por ahí, se cree que MI novia es otra. Ella no es ninguna zorra de por ahí. Ella es la chica que siempre ha de estar en mis pensamientos y no pienso compartirla con nadie. Ni tan siquiera con Ryan. Nunca antes he tenido una novia enserio, pero eso no quiere decir que lo voy a hacer mal con la primera.

La primera clase pasó más lenta y aburrida que nunca. A lo mejor es porque ya quiero salir y ver a Katherine. Llevo exactamente 57 minutos pendiente al reloj. Y me doy cuenta de que Chaz se voltea de vez en cuando a mirarme. Él se encuentra justo al lado izquierdo de Ryan y Ryan está frente a mi. Chaz sabe lo que puede pasar cuando salgamos de aquí. Y que no se le ocurra acercarse mucho a Katherine. Yo sé que son muy amigos. Todos, Chaz, Ryan y Chris. Cuando ella está, ella los obliga a cambiar su vocabulario obsceno. Y todos lo hacen para complacer a la única chica del grupo. Bueno no siempre. Caitlin también pasa por nuestro grupo. Hace ya mucho tiempo ella y yo tuvimos algo. Pero nunca fuimos novios. Era la única chica que repetía en mi cama más de una vez. Era un privilegio que nos encantaba. Es buena en la cama. Hace ya muchos años no tenemos nada. Y ya no importa. Ahora Katherine es un millón de veces mejor que ella. Katherine es a la única chica que amo. A nadie más. Ella es perfecta. En la cama como fuera de ella. Su físico, su firma de ser. Su típica inocencia que me encanta. Ella es mi todo y mi nada. Sin ella no soy absolutamente nada. Me encanta todo de ella y le doy gracias a Dios que la tengo.

Y solo pensaba en ella. No me interesa la bendita clase. Solo necesito a alguien aquí junto a mi para estar tranquilo. Y esa persona se llama Katherine Santiago. Que anda por algún aula de clases.

- ...como por ejemplo, Señor Bieber, ¿me puede indicar como se llama los tres órganos más importante de nuestro cuerpo? - preguntó el maestro de salud, quien me miraba esperando una respuesta a su pregunta, al igual todos que me miraban expectantes.

Joder no me los sé...

- Ammm... - me pasé la mano por mi pelo - Los tres órganos... - estaba a punto de decir los tres disparates más grandes de mi vida pero la alarma de salir al almuerzo sonó interrumpiendo la clase. ¡Gracias Dios! Ahora no tenía que decir los malditos tres órganos. Que se los pregunte a un traficante de órganos. ¿Qué me importa a mi los tres órganos más importantes? Si lo más importante para mi en este momento se llama Katherine.

Salí rápidamente de la clase hacia el salón donde Katherine tomaba literatura. Choqué con algunas personas que no miraban su camino. Otras me habrían paso. Otros murmuraban cosas de mi. Así iba hasta que llegué a la clase de Katherine. Justo cuando llegue ella estaba saliendo. Moviendo su largo pelo de un lado a otro. Se despidió de una chica con la mano, la cual no conocía. Estaba con ese bonito vaquero azul que ajustaba perfectamente a sus caderas y nalgas. Esas nalguitas. Uf... Dio vuelta en sus talones encontrándose conmigo. Corrí hasta ella y la abrace. Solamente llevamos una hora sin vernos y parecía que llevamos años. Olí su aroma a melocotones. ¿Será su champú? ¿Será una crema? ¿O tal vez su aroma natural? No lo sé, solo sé que me encanta. Es delicioso.

La separé un poco y agarré su cara con mis manos. Una cara sonriente y sonrojada. ¿Cuánto le avergüenza abrasarme? Es tierna. Sus ojos brillaban. Y no me atreví a besarla sin antes pedirle permiso...

- ¿Puedo? - le pregunté. Miré sus labios y lamí los míos.

- Puedes... - me dio el permiso y no lo desaproveché. La besé.

Ella no sabe cuanto necesitaba esos labios. Metí mi miembro bucal en su boca sin permiso. Ella trató de impedir que lo hiciera pero lo hice como quiera. Ella rió sobre mis labios. Y me la pegó a mi. También reí. Entreabrí mis ojos y la miré. Todavía con sus ojos cerrados reía. Me separé de ella y abrió los ojos. Cogí sus libros en una mano y con la otra la ale por el pasillo mientras reíamos sin razón alguna.

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He aquí el tercer capítulo del maratón. :D

Lean el siguiente. Es el ultimo del maratón :( pero ya que... las quiero.

Keep reading ;)

Olvidemos el Pasado {Justin Bieber}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora