Capítulo 36 🐺

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Ari

Las cosas entre Asher y yo no están yendo nada bien. Anoche dormí en un lugar apartado de la cama, lejos de él. Las almohadas funcionaron como muro para que no se atreva a tocarme. Por primera vez desde que lo conozco no quiero tenerlo cerca.

Estoy enojada.

Frustrada.

Triste.

Y decepcionada.

No hay esperanzas de que Abigail aparezca pronto para apaciguar mi furia. Es una presa difícil de atrapar. Tiene milenios llenos de experiencia. Hace que me sienta como una niña ingenua con sueños estúpidos.

Sueños que nunca van a cumplirse.

Sería más fácil rendirme, buscar un refugio y vivir escondida como mi madre lo hizo por años, pero me niego a ser una cobarde. Enfrentaré al problema y la mataré. Abigail no destruirá mis últimas esperanzas, no arruinará el resto de mi vida.

Juré frente a la tumba de mi madre que detendré a esa bruja y no me retractaré. No importa cuan inalcanzable sea la meta. El objetivo es complejo: atrapar a Theo o Marianne para incrustarles el rastreador. Cualquiera que nos guíe a la guarida dónde permanecen ocultos con mi maldita abuelita y Claudius.

La vida apesta.

¿Por qué no puede ser fácil?

―No debieron perdonarlos ―murmura Melody ―. Nos pusieron en riesgo a todos. ¡Malditos imprudentes egoístas! Voy a asesinarlos.

Me toco la frente con dolor.

―Querían ayudar.

Reynard rueda los ojos y pasa la siguiente página de su revista. Decidimos tomarnos un respiro de la Fortaleza Karlsson. Han sido días abrumadores. Emmie sigue deprimida, Aria más amargada que nunca, mi padre y las trillizas bastantes misteriosos.

Ya no sé qué esperar.

―No era la forma ―recalca la pelirroja ―. Ashton prometió remediar su estúpido error. Se siente culpable por lo sucedido.

Murió el hijo de Andrew y Emmie. Es imposible no sentirse triste, impotente y culpable. Fue una noche espantosa. La peor fiesta de Halloween. Nunca lo olvidaremos.

―¿No es muy peligroso que se enfrente solo a Marianne? ―pregunta Melody, dándole un sorbo a su malteada.

―No se enfrentará a ella ―dice Reynard, encogiéndose de hombros ―. Llamará a su ex loca y caerá en nuestra trampa. Fácil.

Reynard tiene más razones para estar molesta. Curé su piel con mi toque porque la marca de Abigail se impregnó en ella. Estuvo a un paso de matarla. ¿Por qué no lo hizo?

―Soy curiosa―musito ―. ¿Cómo pudiste dejarla salir? Fuiste al sótano después de tu discusión con Ashton en plena fiesta. Fue un movimiento peligroso.

Reynard suspira.

―Estaba ebria, Arianne ―explica ―. Escuché su voz y me acerqué a las rejas. Fue un desliz que no vi venir. Casi morí por culpa de mi imprudencia. Hay cosas que mis visiones no me alertan, menos cuando mis sentidos no funcionan.

Se dejó llevar por sus emociones lo cuál es razonable. Marianne continúa siendo una completa molestia en su relación con Ashton.

―Lo siento.

―Tranquila ―Su mirada es distante ―. No me mató porque le dije su futuro a cambio.

Permanezco en silencio y estoica igual que Melody. Ya suponía que falta parte de la historia.

Dulce Perdición [En librerías]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora