Errores que arruinarán tu primer capítulo

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De seguro en nuestros borradores se encuentran alguno de estos errores, que si bien pueden no arruinar toda la novela en sí, provocan que se vuelva aburrida para los lectores. ¡Y no es eso lo que queremos! El primer capítulo debe ser clave para que nos den ganas de seguir leyendo. 

1. Una primera línea aburrida. No debes mostrar al personaje haciendo algo completamente normal para él y olvidable, como despertarse, desayunar, doblar la ropa. La primera línea debe plantear preguntas en la mente del lector y hacerlos dudar o insinuar algún problema o conflicto. 

2. Distintos puntos de vista. Saltar de narrador siempre es un problema, independientemente de dónde aparezca el cambio (aunque no hablaré de eso). Me refiero a un cambio en el punto de vista llevado a cabo con una transición adecuada. Es decir, en el primer capítulo, una de las cosas que se debe hacer es convencer al lector del pensamiento del personaje principal. Él necesitará pasar tiempo con este para poder identificarlo luego, y eso no se logrará si a cada rato estamos cambiando de narrador (si es que en tu relato narran más de un personaje).

3. El punto de vista que narra no es claro. Es extremadamente difícil estar interesado en una historia en la que no sabes quiénes importa, qué les importan y por qué los personajes hacen lo que hacen. Por eso debes conectar al lector a un personaje de inmediato y permitir que éste experimente la historia a través de esa persona. En el caso de que estés escribiendo con el narrador omnisciente debes ignorar este punto, pero asegurarte de sorprender al lector con esta voz distintiva.

4. Demasiados personajes presentados a la vez. Piensa esto: ¿cómo se supone que el lector recordará a todas esas personas hasta el resto de la novela, especialmente si se presentan sin distinción? Debes alimentar a tus personajes para que crezcan y hacer que cada uno sea importante y memorable de alguna manera, y eso no se logra sólo en el primer capítulo.

5. Permitir a un personaje hablar o pensar ininterrumpidamente por párrafos o páginas a la vez, o, lo mismo, permitir que haga algo ininterrumpido por mucho tiempo. Dar un discurso o meditar sobre sí mismo durante mucho tiempo es problemático por varias razones: uno, el lector sentirá que está recibiendo demasiada información (o a veces el personaje está diciendo lo mismo pero con distintas palabras, y esto suele pasar cuando quieres contar lo que pasará desde el primer capítulo y no puedes aguantar hasta los otros) y se aburrirá del sermón; dos, pierdes el sentido de la configuración pues seguro luego olvides lo que verdaderamente querías contar; luego, si básicamente se la pasa diciendo cosas que ya se dijeron o que son obvias, pierdes tiempo escribiendo cosas que probablemente el lector salteará.

6. Muchos flashbacks. Ya había mencionado esto en otra parte. Quizás puedas insinuar que algo de lo que está ocurriendo en el presente tiene relación con el pasado, pero normalmente eso es algo que se debe retener hasta más adelante, cuando el lector realmente quiera saberlo y sea pertinente porque necesita de esa información para entender el presente de los personajes. Esto es porque los flashbacks son hechos que ya han terminado, y al lector lo que verdaderamente le interesa son los problemas en los que está metido el/los personaje/s en el presente. Si comienzan sabiendo todo lo pasado, quizá no haya tantas expectativas de conocer el presente.

7. No hay conflictos ni problemas. Esto es algo que siempre digo, y es que todos los escritores caemos en el síndrome del personaje feliz porque queremos hacer que al lector le guste nuestro personaje  o porque intentamos seguir el consejo de "narrar su mundo normal antes de interrumpirlo". Pero una apertura tranquila y feliz no es la manera de establecer el mundo "normal" de tu personaje. Debes mostrarlos tratando de resolver problemas en lo cotidiano, no narrar su mundo cotidiano. Debe estar activo, crear simpatía, y eso mostrará su mundo "normal".

8. Decir en lugar de mostrar. Contar es una forma muy útil, pero generalmente el primer capítulo no es un buen lugar. Mostrar es más entretenido e interactivo, y atrae las emociones de los lectores, pues eso los hará querer seguir leyendo.

9. Malos diálogos. No me detendré mucho en este ítem pues ya he hecho una parte hablando específicamente de eso, pero sí diré que si hay muchos diálogos formales, de relleno (saludos, '¿cómo estás?', etc.) o que no brindan información, es mejor que no los incluyas. Recuerda: que haya muchos diálogos no hará que el relato se vea más activo: sí lo harán los buenos diálogos.


Como siempre, es un placer escribir sobre lo que más me gusta hacer y compartir mis pocos saberes con ustedes. 😍 No olviden que ustedes también pueden dejar sugerencias para completar cada parte o comentar sobre qué quieren la siguiente parte. ¡Gracias!

"Las malas decisiones hacen buenas historias", anónimo.




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