Capitulo 24

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Después del accidente que tuvo Tera me fui con Dan. No me gustó la idea de separarme de ella, pero saber que si me recuerda se podría morir...

Fue un viaje largo, llegamos hasta Rumania. No me pregunteis cómo, porque ni yo mismo lo se.

Me quedé sin palabras. Cuando salí del coche me encontré con una enorme mansión. La mansión era tétrica, con las maderas oscuras y desgastadas, el jardín delantero estaba hecho un asco, el tejado parecia que se iba a caer de un momento a otro.

Dan se acercó a ella y picó en la puerta. De la casa salió un hombre mayor, con un traje muy arreglado. Le dijo algo a Dan y él le respondió. Yo no entendía nada, era otro idioma, supongo que era rumano. Nos dejó entrar.

La casa por dentro era preciosa. Tenía una entrada, las paredes eran blancas y tenía un gran espejo (por cierto los vampiros nos podemos reflejar en los espejos). Pasé al salón. Era enorme. Paredes blancas, los sofás eran negros, un piano precioso blanco, una televisión de plasma y una chimenea negra. Todo estaba decorado con espejos.

Me llevaron hacia unas escaleras en forma de caracol. Subí al segundo piso. Andamos por un estrecho pasillo negro. Casi no se podía ver nada. El piso inferior era blanco y muy iluminado y este era negro y no podía ver apenas nada, solo un par de candelabros me alumbraban.

- Jonh, esta será tu habitación.- me dijo Dan- entra y acomodate, después vendrá Andrés para llevarte a cenar.- yo asentí.

Dan se fue rápido. Yo me dispuse a coger el picaporte de la puerta y girarlo. Me sorprendí al ver mi habitación. Esta bastante bien. Era de un marrón chocolate, con una cama enorme en el centro, a cada lado de la cama una mesita de noche a juego, un enorme armario y un escritorio. La verdad, es que está perfecta para mí. Dejé mis cosas y me dirigí a una puerta que había dentro de la habitación.

Era el baño, entero en blanco. Esta casa o es blanca o es negra... pensé. Me desvestí y me metí en la ducha. Empezó a correr el agua caliente por mi cuerpo. Este era mi tiempo de relax.

Olvidar todo lo que pasó. Como si hubiera sido un sueño. Un maravilloso sueño, pero solo un sueño. Ahora soy un vampiro y ella es solo una cazadora. Nunca podremos estar juntos... No la podré ver sonreir, besar, abrazar, consolar... Dios. Yo la amaba y ella ni siquiera me recuerda. Es hora de olvidarlo todo y dejarlo pasar... Adios, Tera.

Mis lágrimas se habían mezclado con el agua que caía de la ducha. Salí y me sequé. Entré en mi cuarto y me encontré en la cama un traje. Me acerqué más a él. Parecía caro. Supongo que lo habían dejado allí para que me lo pusiera. No tardé mucho en ponermelo.

Unos golpes en la puerta me sacaron de mis pensamientos. Entró a continuación el hombre mayor que nos abrió la puerta.

- Caballero, el señor le está esperando para cenar.- me dijo. Yo asentí.

Salimos de la habitación y yo solo le seguí. Bajamos por las escaleras. Llegamos a una sala, como no, blanca. Había una gran mesa llena de sillas, algunas ocupadas. Allí estaba Dan. En la mesa había más gente. Me senté en una silla que no estaba ocupada.

-Bueno pareces que has conocido a Julian.- señalo al hombre que me había guiado- Es mi criado más fiel.- sonrió.

-Ella es Catherine, mi sobrina.- señaló a una hermosa chica. De piel pálida, ojos claros y un cabello largo y rubio. Era delgada y alta. Era como un ángel, pero en el momento que sonrió como un saludo pude ver sus afilados colmillos.

-El es Mike, mi hermano y mi mayor amigo.-Se sonrieron mutuamente. Era un hombre grande, robusto y rubio.

Vinieron dos criadas y nos pusieron la comida delante nuestra.

Cuando la noche llegueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora