Capítulo 20

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— Nunca nos dieron muchas explicaciones sobre lo qué pasó ese día, solamente recuerdo que Taylor no sobrevivió y tú desapareciste — no pude evitar preguntarle a Jesse lo que sabía sobre Taylor, y aunque quería saber más acerca de lo qué pasó, el tampoco tenía mucha información.

— Entonces por eso me odia — suspiré

— Dudo que lo haga, simplemente creo que aún no supera ese tema — dijo metiendo ambas manos en sus bolsillos

— Claro que no lo ha superado, Jesse ... — hice una pequeña pausa para ordenar mis pensamientos antes de hablar

— Yo viví y el murió... claramente Rodrigo me odia, su hermano murió en el mismo accidente que yo sufrí y salí con vida, si yo estuviese en su lugar creo que sentiría el mismo rencor — las palabras salieron tan rápido de mi boca que ni siquiera me di cuenta que me empezaba a faltar la respiración y a frotarme las manos constantemente, algo que siempre hago cuando los nervios me invaden.

— Shhh, tranquila — dijo tomando mis manos para evitar que las siguiera frotándolas y posteriormente tomó con delicadeza mi barbilla obligándome a verlo

— Nunca te sientas culpable por eso Madd, fue un milagro que hayas salido con vida y deberías sentirte agradecida por estar aquí y seguir respirando — su voz esta vez era suave pero firme, lo cual hizo que me tranquilizara, sus ojos mieles nunca se despegaron de los míos, y aunque quisiera desviar la mirada era imposible hacerlo.

— No debí volver aquí — susurré

— Hey, deja de decir tonterías, recuerda que tu fuiste la razón por la que tu familia se volvió a reunir — sus palabras sonaban sinceras, pero a pesar de todo, yo aún no me acostumbraba a la palabra "familia" aquí.

— Además de todo también tengo que agradecerte por lo que estás haciendo por Alex, el casi nunca habla y la verdad es que nunca lo había visto tan feliz, quizá puedo decir que estoy un poco celoso ya que yo nunca pude llevarme tan bien con el como tu lo haces — rió —Así que deja de juzgarte tanto y empieza a verle el lado positivo a todo esto — se encogió de hombros y esbozó una ligera sonrisa haciendo que yo también esbozara una.

— Creo que después de todo no eres tan desagradable — rodé los ojos riéndome de mi propio comentario.

— Me conformo con ese comentario — ambos reímos y unos segundos después un silencio incómodo se formó.

— ¿Por qué tratas de ayudarme? — dije sin pensar y segundos después me arrepentí completamente de mi pregunta.


— Porque te quiero. — soltó

— Es imposible que lo hagas— rodé los ojos y di un paso hacia atrás un poco confundida, haciendo que sus manos se resbalaran de mi mandíbula.

— ¿Por qué lo dices? — preguntó tratando de recuperar la distancia que teníamos hace unos instantes.

— Porque hace apenas unos días nos odiábamos, no suelo tratarte bien y además no me conoces —  expliqué mientras que un hormigueo en mi vientre surgía.

— Lo del odio y el trato hacia mi son ciertas, pero esas no son razones para no quererte — rió.

— Y te equivocas, sí te conozco....más de lo que te imaginas — su respiración se sentía cada vez más cerca de mí y yo volví a intentar tomar distancia entre nosotros, hasta que posicionó ambas manos en mi cintura evitando que siguiera dando pasos hacia atrás.

— Siempre has sido fría pero cuando quieres a alguien de verdad eres la persona más cálida y tierna, prefieres mil veces bañarte con agua fría que caliente lo cual siempre me ha parecido extraño — empezó a decir una lista de cosas sobre mí y yo me quede helada sin entender de dónde sacaba todo eso.

— Si te dieran a elegir entre tu felicidad y la de alguna amiga cercana a ti, terminarías escogiendo la de ella. Cuando estás enojada prefieres tragarte las palabras y aveces eso hace que llores de ira, pero nunca de tristeza, es algo que siempre te has tenido prohibido hacer lo cual me parece que es una de las cosas que deberías dejar. Pero sobretodo se que la Madd que conocí hace diez años sigue ahí, te niegas a querer sentir y no sabes como eso me frustra — su mandíbula se tensó lo cual hizo que mis nervios aumentaran.... quería salir de ahí.

— Y si piensas negarme algo de lo que estoy diciendo no te voy a creer, porque también se que cuando te pones nerviosa desvías la mirada, frotas tus manos y tragas saliva con dificultad antes de excusarte .... justo como ahora — sonrió y en el momento exacto que terminó de hablar, inconscientemente trague saliva y desvíe la mirada. Me maldije a mi misma por hacerme delatar tan fácilmente.

— Te equivocas — mentí — Tu conociste a la Madd de hace 10 años y desapareció ... cambié y créeme que no conoces nada de mi ni de mi vida ni siquiera puedo decir que te conozco — intenté soltarme de su agarré pero lo único que conseguí fue que tensara más las manos sobre mí.

— ¿Entonces por qué conseguí ponerte nerviosa cuando mencioné todas esas cosas? — dijo irónico y trague saliva... una vez más.

— También te equivocas al decir que no me conoces...claro que lo haces — suspiró y antes de volver a hablar deslizó su lengua sobre sus labios — Me conoces tanto que puedo decir que me aterra — sus ojos de desviaban a mis labios y nuestras respiraciones estaban casi unidas.

— Solo necesitas recordarlo — nuestros labios estaban a punto de chocar hasta que reaccioné y me aleje de él.

Caminé lo más rápido que pude hacia la fiesta sin mirar atrás, más que confundida me sentía humillada y enojada. Por un momento creí que Jesse Forster podía dejar de ser el mujeriego y egoísta del que todos hablan. No iba a dejar que me besara solo por el simple hecho de decir cosas "lindas" sobre mi y pretender que me conoce cuando no sabe ni con quien está hablando... mucho menos iba a dejar que me añadiera a su lista de todas las pu*as que han pasado por sus encantos baratos. 

You Will Never Forget ItOnde histórias criam vida. Descubra agora