5. PREPARATIVOS DE UNA REVOLUCIÓN

1 0 0
                                    


Hacía mucho viento en el lugar, sol comenzaba a ascender a los cielos así como la vida volvía a la normalidad, el día de los muertos había acabado y la destrucción de los terremotos se dejaba ver a lo largo de todas las ciudades de las legiones. 

La Ciudad de Quetzally fue la única que no celebró dicha celebración y se concentró en ayudar a los heridos y limpiar la destrucción que había sido creada, el templo, el edificio de gobernación, el palacio, el mercado y la academia fueron las primeras edificaciones en rehacerse con la ayuda de los Tepusti. 

La ciudad comenzaba a tomar forma mientras las tropas de Cuitláhuac se encontraban afuera espiando la Wey Techan, no era secreto alguno que la ciudad más próspera de los Oscuros no era la Kunyua Techan  sino que Kuskatan, en sus bases del ejército se encontraban los mejores avances en armas, contenía la biblioteca más grande de toda las tres legiones e incluso competía con las de la capital de los iluminados. 

Poseía también los cultivos y métodos de siembra más avanzados de todas las legiones, poseían sus propios medios de transporte y sus edificios eran los más completos y seguros de todo el Octógora. 

La parte que fue visitada por el príncipe Atzin apenas era la zona aledaña del centro cosmopolita de la ciudad, era la antigua sede que constituía la ciudad, Cuitláhuac había hecho toda una revolución tecnológica hasta tal punto de hacer experimentos como la creación de la raza impura clase dos en sus propias manos. 

Inclusive tenían sus propios portales al mundo humano al cuál viajaban regularmente, debido a eso poco necesitaban de los traficantes de la Wey Techan a excepción de que se necesitase un producto de extraña procedencia. 

Sus estilo de vida era sedentario en su mayoría a pesar de ser una ciudad mayormente orfebre y guerrera, cualquier tipo de arma de calidad provenía de esa ciudad, al igual que las ropas eran fabricadas y distribuidas en dicha ciudad. 

Tenían sus propios métodos para crear electricidad y así utilizar sus aparatos que se asemejaban a los occidentales, tenían grandes laboratorios de experimentación y atrás habían dejado los antiguos oráculos y curanderos, poseían los hospitales más completos y modernos de todas las legiones. 

El templo de por sí solo era muy poco visitado debido a eso, las personas poco iban a las ceremonias pues se acostumbraron a sus adelantos, sus academias eran de las más prestigiosas de todas las legiones, a diferencia del sistema educativo de las demás legiones. 

La nobleza estudiaba junto con las clases menores, lo que importaba eran las habilidades que tenían cada uno y dependiendo de ellas recibían ciertas materias aunque el servicio militar era obligatorio sino se dedicaba  a las ciencias. 

Debido a estos avances que se tenían la única zona que logró salir afectada fue el antiguo centro de la ciudad, dónde se concentraban la mayoría de los negocios de orfebrería artesanal  y varios hostales para los extranjeros debido a las atracciones turísticas que poseía el casco viejo de la ciudad junto al templo. 

Por su parte Tikwiniapan se encontraba en reconstrucción, Quetzally tenía que preocuparse primero por sus súbditos, eran la principal fuente de energía de los Tepusti por lo que estos no dudaron en ayudarles con velocidad. 

Mientras la Capital de los Oscuros se encontraba aún en las tinieblas, los cultivos no habían vuelto a crecer, la sequía seguía plantada y la destrucción parecía no acabarse mientras se estaba reconstruyendo el palacio de Acolmiztli. 

El mercado, el templo y la sede de gobierno del imperio habían sido cerradas hasta nuevo aviso. Mientras que la Academia se encontraba como asilo de las personas que habían sido dejadas sin casa mientras se reconstruían. La nobleza no tenía problema alguno pues en poco tiempo habían vuelto a su vida normal mientras les llegaban noticias de lo sucedido en las otras dos ciudades del Imperio Oscuro. 

Octógora: El Lamento de las Almas PérdidasWhere stories live. Discover now