Capitulo 16

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Cap. 16 (disparos)

¿Entro? O ¿vuelvo a la casa de Eduardo? Me preguntaba una y otra vez, mientras observaba la puerta de la casa de mis padres.

Una voz me saco de mis pensamientos.

-¿Elisa?

Voltee y vi a mi padre parado detrás de mí, al parecer acababa de llegar y no me había percatado de su presencia.

-Hija-volvió a decir mi padre.

Unas lágrimas amenazaban con salir y resbalar por mis mejillas.

-Papá-mencioné algo triste y enojada.

-Sé que te herí, no debí de decirte eso-dijo con lágrimas en sus ojos-Perdóname mi niña

Hubo un gran silencio entre los dos, no sabía que decir y al parecer este esperaba una respuesta de mi parte.

Observo a Vanessa, la cual estaba dormida en mis brazos.

-Las Amo demasiado y no quiero perderlas -dijo mi padre.

No pude evitarlo y comencé a llorar.

-Me heriste-mencioné entre lágrimas

-Lo se mi niña y lo siento mucho-se disculpó- Estaba borracho, sé que eso no es excusa, pero perdóname Elisa, por favor-

Este me abrazo, con cuidado de no despertar a Vanessa, ya que estaba durmiendo en mis brazos y comenzó a llorar al igual que yo.

-Está bien papá, te perdono-dije sinceramente mientras me despegaba de sus brazos.

-Gracias Elisa, gracias-repetía una y otra vez.

Mi madre salió a ver que ocurría.

-Ya veo que se reconciliaron-dijo mi madre.

-Marisa-dijo mi padre secándose algunas lágrimas-Yo aún te amo y si me dolió mucho lo que hiciste pero, Tu, Vanessa y Elisa, son las mujeres que más amo en este mundo-volvió a decir.

Los miraba a ambos, con la esperanza de que dejaran el pasado atrás y pudiéramos comenzar como una familia nuevamente.

-Perdóname José-dijo mi madre comenzando a llorar.

-Te perdono y perdóname por decirte todas esas cosas

-También te perdono-dijo mi madre.

¡Al fin! Mi familia está unida nuevamente.

Entre a la casa, más feliz que nunca. Mi padre propuso ir a cenar todos juntos esta noche, algo así como una cena familiar en un elegante restaurante.

Entre a mi habitación y coloque a Vanessa en su cuna.

Abrí mi armario para buscar un vestido elegante para ir a comer. Al abrirlo algo muy pesado pero suave a la vez, callo sobre mí. Lo retire de encima de mí y era mi vestido blanco de novia, el que usaría para casarme con Carlos.

Era tan perfecto, tan hermoso.

Sonreí al recordar cuando Carlos me pidió matrimonio, cuando me abrazaba, esos recuerdos jamás los podría olvidar. Pero todo esto también me hizo pensar en la deuda y en ese sueño. ¿Qué habrá hecho Carlos? ¿Por qué nunca comentó nada? Ahora mi hija y yo estábamos en peligro. Si tan solo pudiera averiguar de qué deuda se trataba o quien era esa persona que lo asesino.

Recibí una llamada en mi celular.

-Hola-conteste-

-¿Señorita Elisa?-pregunto alguien al otro lado del celular.

Un giro inesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora