Capitulo 14

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Zoey se desperezó en la cama. Todo se sentía cómodo y mullido. Bostezó y abrió los ojos, mientras sacaba las piernas por un costado del colchón. Hacía calor. Se quedó allí, mirando el techo de la habitación durante un buen rato, hasta que se acordó de todo lo que había pasado.

Se irguió de pronto y llevó los dedos a su estómago. No había ni una herida allí y, durante un segundo, pensó que lo había soñado todo. Esa sería la única explicación lógica, porque no podía ser que no tuviera el corte del cuchillo.

—Esto...

Jessica salió del baño con el uniforme puesto y brincó de alegría al ver a su mejor amiga despierta. Se lanzó sobre ella, tumbándola de nuevo sobre la cama y apretando los brazos alrededor de su cuello.

—¡Al fin! Me has tenido como loca aquí. No sabíamos qué decir para que no insistieran en venir a verte. Al final, Zack me hizo decir que ya no tenías fiebre pero que aún te sentías mal. Funcionó cuando la enfermera vino ayer y te vio terriblemente dormida. Supongo que vendrá hoy también, así que es una suerte que hayas reaccionado.

Zoey apartó a Jessica, intentando también parar su barboteo.

—Jess, Jess —le dijo, mientras intentaba apartarla de su cara—. ¡Aguarda un poco! No entiendo nada.

—Ah, sí. —Jess se sentó—. En resumen, algo raro pasó con el dije y eliminó a las cosas esas, curó tus heridas y, ¡voilá! ¡Ya no eres más una portadora!

Zoey la miró con la boca abierta y logró escaparse de la cama. Se paró en medio del cuarto y levantó las manos.

—No, tú... ¿Y mi hermano? ¿Dónde está Zack?

Jess solo respondió a lo primero.

—Sano y salvo con tus padres.

—¿Y Zack?

Jessica hizo una mueca y a ella le entró el pánico. Llevó las manos a su pecho y comprobó que no había nada colgando de él. No tenía el dije... ¡No tenía el dije! Y eso... Y Zack...

—¿Dónde está Zack?

—Él quería estar aquí para cuando despertaras. Pero...

—¡Pero qué! —gritó, con las lágrimas a punto de reventar en sus ojos.

—Pero estaba buscando alguna respuesta a las cosas locas que sucedieron. —Zack apareció en la ventana y Zoey estuvo a punto de golpearlos a ambos. Sin embargo, corrió hacia él y no se detuvo hasta enterrar la cabeza en su camisa blanca.

—¡Me diste un susto de muerte!

—¿Y tú a mí? —Zack rio—. ¿Sabes el paro cardiaco que me dio cuando vi el dije tirado?

Sollozando de alivio, Zoey negó.

—Tú no puedes tener paros cardiacos.

—En mi corazón que se muere por ti, sí —murmuró él, besando su frente—. No sabes lo feliz que estoy de que estés viva.

Zoey volvió a apretarse contra él. No tenía idea de cómo, pero las cosas habían salido bien. Zack todavía estaba allí, ella estaba viva y el dije ya no la tenía como prisionera. De alguna manera, algo había permitido que la suerte estuviera de su lado.

—Me asusté —murmuró ella—. Si ya no está el dije, ¿tú te irás?

Zack contuvo el aire durante un segundo y la abrazó con fuerza al otro. Se fundieron como si ese fuera el último contacto que fueran a tener. Tal vez lo era.

—Yo... iré a almorzar —susurró Jessica, cerrando la puerta detrás de ella al salir.

Zoey se separó de Zack para verlo a la cara, y entonces, tomó el cuello de su camisa y lo atrajo a su boca. El beso fue el más poderoso hasta el momento, como si quisieran tomar todo el uno del otro. Zack la alzó en el aire y no tardó en caer sobre ella en la cama. Le quitó el pijama a tirones y Zoey jadeó cuando se encontró encantada por su ferocidad.

El Alma [El dije #2] en FísicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora