La manzana de la discordia

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La carne estaba deliciosa. 

Simplemente la comida era digna de reyes. No sé que usó Apolo para condimentarlo o si lo hizo con magia, pero lo que estaba comiendo no se comparaba con nada.

-¿Te sirvo más?-preguntó Apolo al verme tan gustosa.

-Por favor

No dije palabra mientras comía. Y cuando me sentí más que satisfecha me senté bajo la sombra de un árbol a reflexionar sobre todo lo que estaba pasando últimamente. 

¿Claro que la misión me importaba pero desgraciadamente lo único que podía pensar en aquel momento era en Nico...en Nico y en el dios del sol que se me acercaba de una manera provocadora. 

-No pongas esa cara, preciosa, mira que el sol brilla, te doy calor e incluso puedo tocar la lira para ti.

Fue exactamente lo que hizo, mi mente empezó a evocar los pocos momentos que había pasado con Apolo, lo bien que me había tratado, lo hermoso que era...¡Ah! Hermoso no era la palabra, sino perfecto..., su labios...su...

¡¡¿¿Espera, QUÉ?!!!

Algo despertó en mi interior. Esa no era yo.

-Para

-No

-Para

-Sé que deseas que siga, princesa.

-¡¡APOLO, PARA!!-grité.

Y paró, toda mi cabeza pareció volver a la normalidad, ya no sentía deseos de besarlo...espera, eso si que lo sentía, pero al menos podía controlarlo.

-Lo siento, es que no es el mejor momento...pasan demasiadas cosas ahora mismo. 

-Dímelas y yo las soluciono, podría construirte levantar un palacio en el cielo para que brille con el sol o dejar en invierno al mundo entero por estar contigo.

Lo besé.

Despacio, como si en cualquier momento lo nuestro se fuese a romper, y una lágrima corrió por mi rostro. Cuando nos separamos él la limpió y se recostó sobre el césped.

-¿Lo querías mucho, no?

-No sabes cuanto...

-Me recuerdas a Ariadna cuando Teseo la abandonó. No paraba de llorar, sus suspiros llegaban hasta el Olimpo tanto que tuve que usar audífonos 16 horas seguidas, nada recomendable si quieres tener buena audición, es más, los médicos dicen que si...

-Enfócate, Apolo.

-Sí, lo lamento. El punto es que quiero que veas más allá de tus narices...es decir, tienes a un dios frente a ti, pero lo único que te interesa es ver a ese estúpido hijo de Hades.

-¡¡Me enamoré de él!!

-Y yo de ti, pero mira que injusto es el amor.

-¿Volvemos a eso? Eres un Olímpico y no son tan conocidos por ser los seres más fieles de este planeta.

-Yo no diría eso sabiendo que hace apenas un día besaste los labios de Di Angelo y hoy besas los míos...

Eso sí que me dolió en el ego de mujer y simplemente le di la espalda. Él rió y me hizo enojar aún más. 

-Mira, cariño, yo te quiero, pero me sacas de casillas...

-¡ENTONCES LARGO!

Me levanté de allí, cogí unas provisiones, las guardé en una maleta y caminé sin un rumbo. Me dolió de nuevo cuando no sentí la presencia de Apolo siguiéndome para disculparse. En esos momentos quizá lo único que quería era un buen trago.

Llamé al espíritu de la discordia y le pedí que me guiase hacia mi siguiente destino. El espíritu parecía enojado, pero aún así me explicó que yo, al venir de la discordia me fortalecía cuando peleaba, es por eso que ahora mismo mi energía se encontraba al 100%. Necesitaba pensar en el lugar al que quería ir y llegaría (se parecía al viaje de las sobras de Nico). 

No sé en que lugar pensé, pero fue solo un segundo y de repente me encontré con mi cabeza llena de gritos y gruñidos, mi estómago estaba a punto de devolver todo lo que comí, solamente cerré los ojos y cuando todo pareció detenerse me encontraba en otro lugar. 

No lo reconocí, pero la noche se hacía presente, no muy lejos vi luces y escuché música sonando muy fuerte, me dirigí hacia allí. Si era una discoteca esperaba que mi aspecto me hiciera lucir con la edad necesaria para entrar. 

Si era una discoteca.

Entré.

El aire olía a humo y alcohol, no era una persona de vicios, es más ni me agradaba, pero debe haber una razón por la que el mundo acude a ellos cuando no se siente bien. Quería averiguarla. 

El primer shot que tomé me calentó el cuerpo de manera tal que empezó a hormiguear de placer. Bailé en mi puesto por un rato, supuse que salir a beber con amigos sería más agradable que sola.

El ser tímida se me pasó con un poco de vodka, me acerqué a un grupo de chicas y simplemente empecé a conversar, el alcohol iba y venía a tropel, yo simplemente tomaba. 

El ardor de la garganta se me pasó en algún punto y la conciencia se me escapó por una rendija hace ya bastante. Bailaba y me sentía bien, no sé que música era, pero yo bailaba de todas maneras. Uno que otro chico del cual no recuerdo el rostro se me acercó y nuestros rostros estuvieron tan juntos que por un momento pensé en besarlo..., sí, yo sé Nico, Apolo...tampoco me gustaba demasiado "vacilar", no era de esas, pero mira que efectos tiene el alcohol. Terminé por dejarlo pasar dándole un suave beso entre la mejilla y los labios, no sabía que hacer, simplemente estaba perdida. 

El alcohol siguió circulando y yo todavía aguantaba, incluso recuerdo haber probado mi primer cigarrillo.

Cualquiera diría que una chica bien no hace eso a tan corta edad...pero A LA MIERDA..., por hoy no soy una chica buena, por hoy no seré yo, me inventaré a alguien nueva.

Continué en lo mío, era increíble la cantidad de personas con las que había socializado. Después supe que tenía que irme, y no por voluntad propria sino porque en realidad no conocía a nadie y tampoco sabía a donde ir, así que antes de perder la conciencia me despedí de todos, sé que guardé su número en algún sitio y que prometí que los llamaría.

Salí de allí.

-Por favor, por favor espíritu de la discordia...

Veía doble y apenas podía estar parada sin tambalearme, pero tenía esperanzas de que apareciera y así lo hizo...

-Llévame a un lugar seguro.

Y después de sentir que otra vez viajaba entre gritos caí en una cama suave, no supe en donde me encontraba, al menos no hasta que oí una voz.

-¡¿Qué haces aquí?! 

-¿Nico?

-¿Estás borracha?



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⏰ Última actualización: Jan 22, 2018 ⏰

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Your Photograph (Nico di Angelo y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora