Un señorito muy inocente (Yaoi)

Cap. 28: Confiesa, mentiroso.

Hikaru's PoV.

No estaba en la mejor posición ahora mismo. Era el interrogado y debo decir que no hago muy bien este papel. Me pongo muy nervioso, estoy muy nervioso. Mis hermanos me miraban casi sin pestañear y eso contribuía a que mi corazón bajase a mi estómago y subiese otra vez a mi garganta.

Como una montaña rusa dentro de mí que me hacía picar las piernas para que me sacaran rápido de allí.

Pero ya había aguantado suficiente y sé que solo no lograría mucho.

—¿Entonces? Te escuchamos— Habló Nao en uno de los sillones. El de mi izquierda, para ser exactos.

Suspiré profundamente intentando encontrar las palabras... Y ordenarlas.

//Diles "Soy gay", y ya//— Aconsejó Kage— //O simplemente diles lo que pasa. No sería tan malo...//.

Claro, ¿Qué tan malo podría ser? Además de que me envíen a un manicomio.

—¿Entonces?— Me insistieron Sorato y Ryu al mismo tiempo.

Son unos impacientes.

Quería ahora mismo volver a ser pequeño y enterarme de algunas cosas para evitar todo esto. Seguir a los Contreras, hablar con mis padres, nunca olvidar nada... Y si a pesar de todo no hubiese logrado nada, simplemente me encantaría abrazar a Kage más veces.

—Puedo escuchar a Kage— Dije luego de cerrar los ojos— Lo tengo dentro de mi cabeza como un prisionero condenado a sufrir en la oscuridad sin ser escuchado, ¡No lo hago a propósito!

Inhalé y exhalé.

—Él...— Comencé a llorar sin poder evitarlo— Él ha estado presente en mis sueños... Por lo que recuerdo y por lo que ha pasado me queda claro que muchas cosas fueron así.

Sentí a mis hermanos soltar aire al mismo tiempo, como si hubiesen estado aguantando la respiración durante todo este rato. Se miraban entre ellos algo acomplejados, pero serios. Miraban la habitación buscando algo, tal vez color para sus rostros.

—¿Cómo qué?— Preguntó Ryu finalmente, apoyando sus antebrazos en sus piernas— ¿Qué recuerdas?

Recuerdo sus frases tristes, sus comparaciones metafóricas, nuestro...

—Recuerdo nuestro lugar secreto— Respondí suspirando entre hipidos.

Vi como Sorato se levantaba para secar mis lágrimas con cariño. Me miraba con tristeza y nostalgia, pero a pesar de eso, mantenía una leve sonrisa.

—¿Qué más?— Preguntó.

Lo pensé un poco, ¿Estaban haciendo tiempo para que no saliera corriendo antes de que llegue el médico?

//Nuestras escapadas, las navidades juntos en la cabaña...//— Comenzó a decir.

—Nuestras odiseas en el bosque, las aventuras por un par de rosas... Nowaki— Justo al final mi voz tembló y mis lágrimas saltaron aún más.

//Oh, mi niño, mi pajarito. No llores que me dueles//— Me pidió triste.

¿Cómo me pedía que no llorase? Si con decir cada cosa en voz alta mi corazón y mi memoria de agrietaban poco a poco.