cincuenta y cuatro.

1.4K 199 68
                                    

"Llámame mentiroso, o lo que se te ocurra; pero, cuando comenzaste a enfadarte, sentí algo como... lo que tú estabas sintiendo. Rechazo, enfado... Sé que te molestó que tus amigas te dejaran sola antes, y más cuando vinieron con nosotros. A mí también me hubiera molestado, pero no les dije nada." explicó. "De hecho, si te sirve de consuelo, se pasaron la mayoría del tiempo hablando de ti." sonrió. Separé la espalda de la pared para mirarlo con sorpresa.

"¡¿En serio?!" exclamé.

"Wow, no grites tanto, puede que se nos caiga el techo encima." rió. "Sí, dijeron que te perdonarían si admites que has hecho mal... algo, no sé que es; solo hablaron de que hiciste algo mal."

Aquel era el momento de decirle la verdad. Para ser sincera, agradecía que no hubiera pasado mucho tiempo, pues la idea de fingir que salía con Donghyuck no era la mejor.

"Eso que hice mal es... bueno, no sé si antes me viste darle la mano a un chico en el pasillo."

"Sí... os vi."

"Bien, es mi amigo. Le pedí que fingiera que estábamos saliendo para que tú..."

"Para que me alejara." asentí. "Bueno, supongo que ahora no te tendrás que preocupar de eso. Intentaré no acercarme demasiado."

Estuve apunto de gritar un dramático "¡No! ¡No te alejes!" pero hubo algo dentro de mí que lo paró.

¿Pero qué estás haciendo, Yina? ¡Tú lo odias!

Debido a que no dije nada, el ambiente se quedó silencioso.

"Bien, supongo que tenemos que buscar una salida. Está claro que las chicas que nos dejaron aquí no van a volver por nosotros." dijo, levantándose. Me tendió una mano para ayudarme a levantar del suelo. Sin embargo, yo no la tomé.

"Oh, cierto." dijo.

Tengo que admitirlo, en ese momento no tenía una mínima idea de qué estaba haciendo. No tenía claro si lo odiaba o no. Solo... actuaba, sin pensar, dejándome llevar por mis impulsos.

Caminamos un rato en silencio, aunque no incómodo. Por fin encontramos una salida, la cual era una puerta enorme de madera, con varios rotos. No nos fue muy difícil encontrarla, pues la luz entraba por los huecos, aunque cada vez era más escasa; se estaba haciendo de noche.

Algo de lo que me di cuenta mientras caminábamos, fue su expresión facial. Tenía una media sonrisa, emotiva, la típica sonrisa que tienes cuando sabes que te vas a despedir de algo, pero disfrutas tus últimos momentos con ello. Sus dedos se movían nerviosos bajo las mangas que casi los tapaban.

"Bueno, supongo que hasta aquí ha llegado la aventura."

"Sí... hasta aquí." miré unos segundos a mis pies. Una vez me aseguré de que no diría nada más, comencé a caminar hacia mi casa, la cual estaba considerablemente lejos.

Me di la vuelta un momento. Él aún no había comenzado a caminar, sino que miraba al suelo. Pasó una mano por su pelo y pude notar que la sonrisa de antes ya no estaba.

once again || huang renjunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora