Capítulo 2.

4K 118 0
                                    


Aparte la sábana de mi cama, que yacía en el suelo, cogí una toalla-alfombra y la puse frente a la bañera, metí un pie dentro y luego otro. Encendí el agua y solté un grito al sentir cómo un gran torrente de agua fría bajaba por todo mi cuerpo, cambié rápidamente al agua caliente y suspire en el momento en que sentí como por mi cuerpo pasaba, esta vez, agua caliente.

Tras ducharme y relajarme bajo el agua caliente que salía de la alcachofa de ducha, volví a mi habitación y me vestí con la ropa que había elegido previamente, me miré al espejo y sonreí al ver que aquél conjunto me quedaba bien. Me peine y me saqué el pelo en un tiempo record, y todo ello en ayunas.

Baje las escaleras de la casa, cuidando con no tropezar con las decenas de botellas, latas, vasos e incluso personas dormidas. Entré en la cocina, que estaba de una manera... no mejor que las escaleras, cogí una manzana del frutero, lo único que parecía intacto, visto el panorama. Oí ruidos de pasos, acercándose cada vez más y más, eran pasos ligeros, estaba claro que eran de una chica, me giré hacia la puerta y vi, entrando, a nuestra líder, Andrea.

La miré con una amplia sonrisa, pero su expresión no parecía muy feliz, se acercó a mi y retiró con la mano todo lo que había sobre la encimera. Se sentó sobre ella y pasó su mano por toda su cara.

—¿Qué pasa? —pregunté justo antes de darle el primer mordisco a mi manzana.

—Demasiadas cosas... —murmuró mirando el techo.

—Sabes que puedes contarmelo todo. —asegure mirándola y acariciando su pierna.

Asintió con una sonrisa en la cara, pero al poco negó con la cabeza y bajó de la encimera, para acercarme a ella por la camiseta y abrazarme con fuerza.

—Prometeme que si me voy te encargaras de tomar el mando de todo esto. —susurró en mi oído, separándose lentamente de mí.

Aquello me cogió por sorpresa, ella había confiado en mi muchas veces, pero nunca me había hecho coger el mando de la fraternidad, aún así, la miré a los ojos y asenti.

—Te lo prometo. —asegure y vi como sonreía ampliamente.

Salió de la cocina sin decir palabra, yo me quedé mirando la puerta varios segundos, hasta que recordé que tenía que llegar a mi clase de literatura antigua, no tenía nada que ver con mi carrera, pero me gustaba, en ella coincidía con algunas chicas de las otras dos fraternidades femeninas y varios chicos.

No es así. {BA#1}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora