Capítulo XLV

1.3M 138K 350K
                                    

"El deseo nos fuerza a amar lo que nos hará sufrir."

-Marcel Proust 

Capítulo XLV

La oscuridad era sofocante, a duras penas podía respirar, mi corazón amenazando con saltar de mi pecho. La luz del día que se colaba por debajo de la puerta apenas era suficiente para dejarme ver la silueta de Mason a unos pies de mi pero no podía ver su rostro, su expresión, y eso me asustaba.

—Mason...

Mi voz salió más temblorosa de lo que esperaba, mi garganta árida, mis manos sudadas. Mason no dijo nada, el silencio carcomía.

—Mason, abre la puerta.— pedí, rogando que esto solo fuera un juego de unos minutos.

Él te desea, Fleur.

Esa voz de nuevo, eso no era cierto, yo solo era un juego para él, nada más.

Tú también lo deseas a él, aunque no quieras admitirlo.

No.

Su oscuridad te atrae, te intriga.

No, eso no es cierto.

Quieres ver que hay más allá de ese porte cruel y juguetón. Quieres ver al hombre detrás de la indiferencia. Quieres escarbar y encontrar su humanidad.

—No...— no me di cuenta de que lo dije en voz alta hasta que lo escuché.

Esperé algún tipo de respuesta o burla de Mason, pero en vez de eso solo recibí silencio, ¿Por qué no hablaba? ¿Por qué no se movía?

Esta esperando que tu lo hagas.

Me aclaré la garganta, —Mason, abre la puerta o gritaré.— estaba segura que Adam vendría en un abrir y cerrar de ojos.

Lo escuché moverse hacía mi, e instintivamente retrocedí, enterrandóme en la ropa en ganchos detrás de mí. Él estaba justo frente a mí, sentí el calor emanando de su cuerpo, demasiado cerca para mi gusto.

—¿A qué estas jugando?— pregunté, entre respiraciones entrecortadas.

—¿Qué estas sintiendo ahora, Fleur?— su voz había tomado una suavidad que nunca había escuchad en él.

—Nada, solo quiero salir de aquí, así que— su dedo se posó sobre mis labios, callandome.

—Se honesta.

¿Era mi imaginación o su respiración también sonaba irregular?

Quité su dedo de mi boca, —No siento nada.

Mason tomó mi cara con una mano, su pulgar acariciando mi mejilla con gentileza, ¿Cómo podían unas manos que habían asesinado brindar un toque tan gentil? Quería alejar su mano pero no podía.

¿Qué crees que haces, Fleur? Él es el asesino de tu familia, me reproché a mi misma.

Tú sabes que eso no es cierto.

Esa voz me estaba llevando al borde de la locura. Me atormentaba, me confundía.

Mason bajó su pulgar de mi mejilla hasta mis labios, pasándolo por los mismos en una caricia lenta pero provocadora, intensificando las sensaciones que aunque no quisiera admitir él estaba causando en mi.

Definitivamente me estaba volviendo loca.

—¿No sientes nada?— había olvidado su pregunta ya, su aliento mentolado rozó mi boca, —No me mientas, bonita.

Fleur: Mi desesperada decisión ✔️[Darks #0] ¡Ya en librerías!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora