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Y

Habían pasado 2 días y Yariel estaba renovado, literalmente. Su celo ya se había ido por completo y se sentía lijero aunque algo cansado.

No hablemos de su cambio en el cuerpo, casi grita al descubrir que sus curvas se definieron más y su piel se volvió más tersa llegando a parecer de porcelana. Cuando vio eso, entendió por que su celo le produjo tanto dolor. Aunque no se quejó, se quedó mirando el espejo por un buen rato tocando la fría superficie mientras se apreciaba a si mismo cambiado totalmente.

Ahora mismo estaba en la cocina junto con sus padres alentándolo un poco. Ciertamente ahora que era un omega su vida tendría varios límites muy marcados y temía por ello, toda su carrera, sus conocimientos, sus habilidades opacadas por una simple condición. Detestaba en todos lo sentidos la palabra omega.

-Mi amor, sé que es difícil para ti, pero hoy tienes que volver a trabajar ¿Sabes?- Wen miró a Yariel con una sonrisa tranquila mientras le acariciaba la espalda a su hijo suavemente.

-¿Cómo? ¿Sabes la vergüenza que tengo de volver a ver a Lixion? ¡Prácticamente le estaba rogando que me follara!- sus manos cubrieron parte de su rostro el cual estaba algo sonrojado.-No podía evitarlo, su aroma era demasiado para mi y yo... Yo...

-Yariel, no te crees problemas por eso, simplemente haz evolucionado, como un pokemon...-Patrick le acarició el hombro tratando de alentar a su hijo aunque solo se ganó miradas escépticas de Wen.- él deberá entender que la situación que tenias no era muy favorecedora... Y si hace algo tu solo llámame que puedo llegar a ese lugar con una tropa militar para quitarle los cojo...

-Patrick...- Wen miró a su esposo con una sonrisa que decía "Cállate" y no habló más, cosa que hizo reír a Yariel-Lo que tu papá quiere decir es que nosotros estaremos para ti siempre, no lo olvides- besó su frente y lo abrazó con fuerza.

Yariel sonrió devolviendo el abrazo sintiendo que muchos de sus miedos se iban. Su madre siempre sabía que decir, amaba eso de él.

-Bien, es hora de que me vaya-susurró, no muy seguro pero son una sonrisa, a sus padres.

-Eso hijo, cualquier cosa, sabes que siempre estaré orgulloso de ti- Patrick besó la frente de Yariel y lo abrazó fuertemente.

La despedida duró poco aunque Yariel hubiera deseado lo contrario. Caminó a paso suave el recorrido sintiéndose incomodo ya que varios alfas, y algunos betas se habían detenido a mirarlo. Y vaya que Yariel se había convertido en una joya que apreciar. Aunque ésto no era algo grato para él.

Al llegar a la puerta que daba la entrada a su trabajo su corazón empezó a bombear rápidamente denotando su nerviosismo. Sacó una tarjeta blanca de su bolsillo y la puso en un codificador de personal que estaba en varios de las grandes pilastras, para anotar la llegada del personal. Caminó rápidamente a los ascensores y se metió en uno vacío. Suspiro agradecido, aunque no duro mucho ya que alguien metió la mano antes de que las compuertas se cerraran asustando a Yariel. Un alfa se metió en el elevador y apretó un número inferior a donde Yariel había presionado. Con disimulo Yariel se alejó un poco, aunque el alfa lo notó causando una pequeña sonrisa en él.

-No creo que me tengas que tener miedo- dijo sobresaltando al chico.-No muerdo-sonrió mirando a Yariel con simpatía.

Miró al alfa con curiosidad al ver que era más grande que él, bastante, sus cabellos eran totalmente negro, su mirada era café y su piel totalmente pálida dándole un toque de actor de película de vampiros. Tenia un olor a frutas tropicales que era agradable al olfato del más pequeño.

Right Love [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora