---Ganador de KPOP AWARDS WATTPAD 2018---
~categoría BOYXBOY
Taeyong se adentra en aquel bosque y encuentra lo más bello que pudo imaginarse.
¿Quién es? ¿Cuál es su propósito?
Cuando nací, vagué por mucho tiempo como un ser sin cuerpo, tan solo era luz. Opté por adquirir la vida y la forma del ser humano solo por una razón: el amor. Que idiota fui, esto lastima más que cualquier cosa que habría querido experimentar. Ninguna maldita fuerza sobrenatural de curación espontánea me serviría para superar a Taeyong.
Estuve esperando días, semanas y a los meses aún me asomaba cerca de lo que era su casa. Ni un rastro de él. No supe nada desde aquella noche en la que me arrepiento por completo no detenerlo para que se quedara más tiempo conmigo y de vez en cuando me permito llorar, mientras lo veo en la fotografía que me obsequió. Lo único que tengo de Taeyong, junto con todos mis sentimientos por él y que por desgracia, solo se intensificaban con su ausencia. Me duele imaginar cómo le hizo para tomarse esa foto, solo para dármela. Ese chico que siempre escondía su rostro divino, cubriendo su piel tan suave como la primera briza de primavera, con grandes sudaderas, portador de facciones tan finas y suaves de en sueño y en conjunto formaban tanta perfección. Había vivido miles de años y nada se comparaba con él, de alma pura, bondadosa y sobretodo frágil. El hecho de que no supiera todo eso, lo tornaba aun más fascinante, la humildad que el ser humano de hoy en día ha perdido. Nunca pretendía disimular la gran atracción que sentía hacía él aunque, a cada centímetro que lograba volverme más cercano, se distanciaba metros. Alguien salveme de este tormento llamado Taeyong...
Odié por completo mi existencia, soy el alma del bosque y eso me impide abandonarlo. Si tan solo pudiera salir de aquí e ir en su encuentro, saber si está bien, besarlo... Lo que más me encanta de Taeyong, es ese pequeño punto que se asoma en su labio inferior, tan discreto y atractivo.
Así trascurrían mis días sin ti. Egoísta, dolido, luchando contra mí y contra lo que aquejaba la paz del territorio. ¿Cuánto ha pasado? ¿Un año, dos? Me estaba rindiendo, se me estaban agotando las energías conforme el bosque iba desapareciendo y con eso, yo también iba desgastándome y pronto a dejar este planeta.
Hasta que la demolición y la construcción que ya había avanzado en gran parte, cesaron.
El que ama el bosque.
Lo primero que pensé al despertar: "Yuta, perdóname."
La cirugía fue exitosa aunque tuve una larga etapa de rehabilitación. Me vi encarcelado en un cuarto sin rejillas, atado a sueros diarios, citas psicológicas y demás. Tardé tanto en recuperarme por la tristeza que culminaba en mi interior, por haberle fallado a la única persona que amo y también por afectarle tanto a mis padres. Soy un fallo y los primeros años me reproché, convencido de que no era merecedor de más tiempo con vida. Estaba más vacío que nunca.
Un día me visitó un sujeto, un amigo de mi padre. Este le había comentado sobre algunas fotografías que había hecho y se las mostró. Por lo que vino en mi encuentro, con una propuesta: "me gustaría abrir una galería de tus obras". Y aquí estaba la respuesta de la vida cuando le preguntaba si en serio se burlaba de mí. Todo dio un giro de ciento ochenta grados en un par de días. Acepté la propuesta con una condición y el hombre no refutó, donde al contrario, se notaba más animado a expandir el proyecto.
"Alma". Así llamé la exposición y obtuvo un rotundo éxito y consiguió fama mundial.
Todo lo recaudado iba dedicado a la detención de tala de árboles y el primer objetivo fue frenar el proyecto de una mega plaza comercial en la pequeña ciudad donde viví un tiempo.
Ahora tengo veintidós años y después de un largo tiempo, regresé. Tengo miedo de adentrarme en el bosque y no encontrármelo ya que la zona verde había desaparecido en gran medida y apenas estaba en proceso de recuperación gracias a la fundación que fue creciendo. Pero debía verlo, necesitaba decirle.
Mi memoria no me fallaba, logré encaminarme sin problemas. Aproveché para tomar unas fotografías como ya era de costumbre. Este lugar, en definitiva es mi favorito y me hizo tanta falta. Aunque si no fuese por lo que pasé no habría visto la oportunidad de salvarlo. Ironías de la vida que no pueden ser frenadas y la cuestión es saber cómo manejarlas. Enfoqué el lente para capturar un tremendo árbol en medio de varias flores.
-Te tardaste demasiado.
A través de la cámara lo vi. Sentí mi alma caer por lograr encontrarme de nuevo con el ser más hermoso del planeta. Se acercó con pasos lentos y extendí el brazo para poder tocarlo al momento de que la distancia era la menos posible.
-Yuta.
Lloré, lloramos mientras nos envolvíamos en un abrazo, que ambos necesitábamos con desesperación. Puse mi frente sobre la suya y su cabello me hizo cosquillas. Pasé mi pulgar para secarle las lágrimas. Luego agarró mi mano, y la besó. Tal como lo había hecho en una ocasión, todo recuerdo con Yuta estaba tan vivo en mi mente. No podría desbordar más felicidad como en ese momento.
-Cumplí mi promesa.
Sonrió de forma tan brillante y recordé el momento en el que me enamoré de él.
-Estuve tan agobiado por tu ausencia. Has crecido tanto.
-Estoy aquí por fin y no hubo ni un instante en la que no te haya pensado.
-Te veo cambiado, para bien. Estás mas alto y te has tornado más apuesto. También percibo una mejora en tu salud y un cambio en tu aura, eres más fuerte que nunca.
Sus cumplidos aun me agonizaban pero me hacían tan feliz y ahora no les temía.
-Todo a sido por ti... Conseguí detener la construcción en el bosque.
Le pasé un folleto en la que daba una breve explicación de mi fundación. Me miró asombrado:
-Taeyong, eres increíble.
-Estoy aquí y ya nunca me iré.
Desde hace tanto tiempo me he callado las cosas, lloré en silencio, amé a escondidas. En lo único por la cual podía expresar mis sentimiento era mediante fotos, estáticas imágenes que podrían decir miles de palabras sin producir ningún sonido y aquí acaba todo. Yo le daría la voz a cada una de mis emociones desde hoy y hasta el fin de mis días. Tomé aire, llenando mis pulmones a más no poder y grité, para: los árboles, los pájaros, el cielo, las plantas, para mí pero sobretodo para él:
-¡¡TE AMO YUTA!!
Lo hice varias veces hasta el cansancio, unas más fuertes que otras. Voltee hacía el amor de mi vida que me sonreía con inexpresable sentimiento, dibujando con sus finos labios un "también te amo Taeyong".
Me liberé de tanto en tan solo unos segundos y mi vida empezaba ahora, junto a ti.
Ganador de la categoría "BOYxBOY"
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realmente me hace feliz :') en definitiva este fic es mi orgullo.