—Descuida, no volverá a suceder.

—Eso espero— sentenció Alex, luego miró el blanco y señaló los tres agujeros, —¿eso es lo mejor que puedes hacer?

—Por ahora sí— dijo sincero, incluso con una ligera sonrisa.

Alex arrugó la nariz, en un gesto de disgusto y reprobación; —será mejor que sigas practicando, beta.

—Oye, mi nombre es Duncan, te agradecería que me llamaras así.

—Tu nombre no importa, sino el lugar que ocupes.

—Eso es estúpido— dijo por lo bajo, pero por los excelentes sentidos de los cambiaformas las palabras fueron escuchadas a la perfección.

El pelinegro frunció el ceño con violencia y dio un paso hacia al frente, pero la mano de Lya sujetándole del antebrazo le detuvo.

—Alex, el chico es nuevo— justificó ella.

—Tú lo has dicho, es nuevo, no idiota; está en territorio ajeno, debe cuidar sus palabras—, tras decir eso dio media vuelta y se fue.

—Lo siento, Alex es un poco duro— le dijo Lya.

—¿Un poco? Pensé que iba a golpearme— dijo exagerando su gesto de temor, aunque es realidad estuvo dispuesto a contestar de la misma manera si el beta residente lanzaba el primer golpe.

—No, él jamás lo haría. No lo tomes personal.

Era la segunda vez que ella usaba esa expresión, al parecer nadie tenía nada contra los demás, todos eran así de "raros".

—No hay problema, sólo debo mantener mi boca cerrada— dijo divertido y pasó los dedos sobre sus labios simulando cerrar un zipper.

Lya rio un poco y se despidió de él, regresando a la cabina que le correspondía para continuar practicando. Duncan exhaló tratando de relajarse, ojalá mantener la boca cerrada fuera fácil, él solía hablar al mismo tiempo que pensaba, o incluso hablaba sin pensar, y sus amigos se había acostumbrado a ello; Alex tenía toda la razón: estaba en territorio ajeno y debía tener cuidado. Levantó la vista y vio a Jared salir del salón de práctica, algunos de sus cabellos rojizos se habían soltados de su trenza y parecieron flotar en el aire cuando el delta giro y salió con prisa del lugar. ¿En qué momento había llegado?

—Ey, Lya— Zoe fue a la cabina de la nombrada, —¿qué ocurre con el nuevo?

—Nada— respondió tomando su equipo.

—¿Nada? Alex parecía molesto.

—Sabes cómo es él, cualquier cosa le fastidia— dijo al colocarse los lentes protectores.

—Con la otra chica todo estuvo bien, incluso la felicitó— señaló la cabina donde estaba Constanza, cargando de nuevo su arma, —ella es buena, pero creo que los alfas la solicitarán para la guardia especial de Gina y su consorte.

—Gran idea, de esa manera Johan puede unirse al equipo de rastreo— dijo Lya con sinceridad.

—No lo sé si lo sea, Johan aún es joven, además las nuevas formaciones y parejas de trabajo las decidirá Omar hoy por la tarde.

.

Duncan moría de hambre, tal vez por eso no prestó mucha atención cuando los lugares fueron asignados. Ahora que ya tenía algo en su estómago pudo remembrar las cosas: él estaría con Johan, el más joven; Alex con Zoé y Lya con Jared; Constanza con otro grupo como parte del nuevo personal de los alfas, y lo demás no importaba.

Engulló el último pedazo de pan antes de cerrar la puerta del apartamento, en la mano derecha llevaba una bolsa con comestibles. Su madre le había enseñado a cocinar, pero por ahora una sopa instantánea y una pizza congelada servirían.

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