Lo que más deseo.

Once

CAROLINE

El resto de los días que permanecimos en San Diego, intentamos visitar tantos lugares como nos fue posible. Intentaba que Ben se sintiera cómodo y a gusto de pasar tiempo con mi familia, y al parecer, lo estaba logrando.

Durante todo el tiempo que estuve con mi madre y hermana, parecía ser que las preocupaciones no existían, en mi mente no había otra cosa que no fuera disfrutar de los momentos que estaba viviendo.

Lastimosamente el tiempo que teníamos programado pasar en la ciudad se estaba acabando, y yo no había encontrado la oportunidad para hablar con mi madre sobre lo que está ocurriendo.

Lo había intentado, demasiado, pero lo cierto era que no conseguía tener el valor suficiente como para hacerlo.

—¿Estás segura de que quieres ir sola? —inquiere Ben mientras estaciona del auto.

—Si —respondo con una pequeña sonrisa. —Puedes esperarme aquí.

Él asiente. Me bajo del auto mientras me adentro al lugar al que por tanto tiempo no había querido venir. Logro divisar la tumba de mi padre a unos cuantos metros de donde me encuentro, y tomo una inhalación antes de atreverme seguir caminando.

Desde la muerte de mi padre, eran contadas las ocasiones en las que venía a visitar su tumba, no quería hacerlo, prefería quedarme con el recuerdo que tenía de él, un hombre fuerte, invencible.

—Hola papá —susurro cuando he llegado, la opresión en mi pecho hace acto de presencia, y tengo que ingeniármelas para no romperme aquí mismo. Me parecía increíble que a pesar de los años que habían trascurrido, el dolor aun siguiera latente dentro de mí. —Lamento no haber venido antes, me temo que las cosas están un poco complicadas en mi vida ahora. —Confieso mientras me coloco a un lado de la lápida.

Aparto el cabello de mi rostro cuando la brisa sopla, suspiro un par de veces antes de animarme a seguir.

—¿Recuerdas que me decías que algún día, sería una excelente madre? —mi voz tiembla. —Solías decirme que sería una mujer estupenda con mis hijos, que serían demasiado afortunados de tenerme.

Paso con rapidez una de mis manos para limpiar un par de lágrimas.

—Fui a realizarme unos análisis porque tenía problemas para lograr embarazarme —pronuncio suavemente —y el resultado fue que no puedo quedar embarazada. ¿Puedes creerlo? —el nudo en mi garganta aprieta con fuerza.

—No puedo mentirte papá, estoy destrozada —confieso —aunque estoy intentando recomponerme poco a poco. —murmuro. —Pero lo estamos superando, Ben ha sido un gran apoyo, soy muy afortunada de tener un hombre como él a mi lado. Estoy segura de que hubieses estado encantado con él.

Ben y mi padre no habían logrado conocerse, papá había muerto unos meses antes de conocer a Ben, sin embargo, estoy completamente segura de que mi padre hubiese dado su total aprobación para casarme con él.

—Tengo que irme —susurro incorporándome —Mamá y Erika me esperan para poder despedirse, así que tengo que darme prisa. —murmuro. —Te amo.

Permanezco unos segundos más mirando la lápida, las comisuras de mis labios se elevan y entonces me doy la vuelta para poder salir del lugar.

—¿Estás bien? —cuestiona Ben cuando me adentro de nuevo al auto.

—Lo estoy —murmuro con una pequeña sonrisa. —Es hora de volver.

Él asiente, enciende el motor del auto y pronto nos encontramos en camino al hogar de mi familia. Tenía una sensación extraña, como si de cierta manera hubiese liberado algo dentro de mí, y se sentía bien.