Día 8: La familia sale de picnic.

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No entendía muy bien en que maldito momento su salida familiar se había convertido en una excursión con todos sus "amigos", estaba celoso de ver como Tsunayoshi cargaba a Colonnello, como Yuni llamaba la atención del de ojos caramelo. Como Verde se hacia al inocente logrando que Tsuna lo cuide. Como Fon era tomado de la mano para que no se perdiera, Viper hacia reír al chico con su forma inusual de ser, sólo faltaba que su lacayo se pusiera en su contra.

... Mejor aprendía a quedarse callado, Skull estaba llorando mientras que un inocente jefe de la familia Vongola intentaba controlarlo y hacerlo sonreír. Estaba enojado, y al parecer no era él único. Ya que él adorable rubio de nombre Giotto, veía con disgusto como esos niños raros se apoderaban de la atención de su Papá.  Estaba realmente enojado, y más porque su Papi tenía ganas asesinas, él niño las apoyaba.

—Tsunayoshi—llamo el azabache a su pareja, antes de cometer "amigoasesinato" o algo así, ya luego pensaría que nombre ponerle a esa triste existencia de sus compañeros.

Se vió ignorado, su pareja nunca lo había dejado de lado por unos simples cachorros; sólo lo aceptaba si era por Giotto.
Él pequeño rubio había aprendido a hablar hace poco, lo hacia con una claridad demasiado sorprendente, al parecer los genes de Reborn eran demasiado fuertes en él pequeño de ojos caramelo y mirada de hielo. Giotto le dió unas palmaditas en su pecho al Hitman, estaba enojado.

Papà—jalo el saco del azabache que lo llevaba en brazos—Papà, questi ragazzi non mi piacciono—comentó suavemente en Italiano el pequeño bambino.

—Respiro profundo y tomó la desición de reclamar lo que era suyo—Tranquilo Gio-chan, papi te adora.

Reborn busco a su fiel amigo Leon para enseñarle a sus compañeros que nadie más que él podía tocar al amable Alpha, tal vez a Yuni no le haría nada, pero a los otros les enseñaría a respetar. Cuando encontró al pequeño camaleón, lo hizo tomar la forma de su pistola favorita.

—Gio-chan se niño bueno—bajo al pequeño rubio para poder usar mejor su arma no quería lastimar a su cachorro.

Apunto a la cabeza de cierto rubio de ojos azules que lo estaba desesperando con su tonta muletilla. Quería la atención de su pareja y de un modo u otro la conseguiría. Giotto aplaudió con sus manitas muy feliz mientras sonreía de una manera algo sádica para un bebé.

—Apártate de mí pareja—gruño con fuerza el alpha azabache.

El rubio temblo de manera notable, pero con todo el orgullo que le quedaba se planto frente el chico de manera desafiante.

—Obligame, kora.

Reborn se retorcio con enojo, esa tonta muletilla le dejaba hasta la chingada de su poca y corta paciencia.

—Haré más que obligarte—una sonrisa sádica se deslizo por sus labios.

Lo que él Hitman no se dio cuenta fue de sus pasos. Resbalo con un pedazo de pastel mientras jalaba del brazo a Colonnello. Y este hacia un efecto en cadena jalando a Lal, esta se colgó de Viper y ella se llevo a Fon con ella. Él único que no se cayo fue Verde ya que este estaba siendo abrazado por un temeroso Skull que era calmado por Tsunayoshi.

—Cuidado—susurró al verlos caer encima de los pasteles que había preparado para la ocasión.

No alcanzo a detener la caída cuando los Arcobalenos ya se encontraban en el piso enredados en el mantel y llenos de merengue con fresas en algunas partes de la ropa, mucho chocolate en el cabello.

—¡Qué te mato!—grito el de patillas rizadas.

Giotto al verlos así se acerco curioso, los chicos atorados se empezaron a mover desesperadamente hasta lograr sacar algunas partes de su cuerpo. Procuraban no lastimarse demás.

—Reborn, no te muevas.

Les llamo la atención al ver al pequeño rubio acercarse a su padre.

—Le pasa algo a mi cachorro y los mato—amenazo con voz tétrica al sentir las manitas de su cachorro en su rostro.

Como un cachorro curioso comenzo a lamer las mejillas de su adorado padres azabache. Una linda sonrisa se deslizó por los labios rojos del menor.

—Papà è ricco come papi tsuna—dijo el inocente niño mientras el capo de la familia más importante de todas se echaba a reír grabando a los temidos Arcobalenos.

—Son una caja de monerías—él castaño grabo hasta cuando él azabache se paró con el cachorro en brazos e intentaba quitarle la camara.

Lo último que se vió en la grabación fue al guapo Hitman gritar de manera poco masculina, mientras intentaban darle alcance a su pareja en un intento desesperado por salvar su reputación y dignidad.

Actualización  luego de los mil años de espera. Pero es que en realidad estaba hecho una miérda sentimental y física.

La vida de cabeza (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora