T r e s

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-¿Katy?

Escucho la voz de Alexia al otro lado de la puerta de mi habitación.

Alarmada, despego la mejilla del pecho del tatuado y lo miro a los ojos, pidiéndole que se vaya.

Se supone que lee mi mente y no hace falta que le hable, pero no se mueve. Su agarre se hace mas fuerte cuando intento de zafarme y la sonrisa burlona que adorna su perfecta cara me está enervando.

-Katherine, ¿Has vuelto del trabajo?

El pomo de la puerta se gira y siento como se me abren los ojos hasta casi salirse de las cuencas.

-Vete.- La voz desesperada hace que el ángel que se ríe de todo vuelva y una carcajada emane de sus labios.

Dos segundos antes de que Alexia asome la cabeza por el umbral de la puerta, Suryan desaparece y yo caigo al suelo estrepitosamente al no tener la sujeción de su cuerpo.

Genial. No hay nada mejor que perder un poquito de dignidad delante de tus amigas.

-¿Te has caído?- El tono jocoso de su pregunta hace que la mire con cara de pocos amigos desde abajo y ella sonría.

-No, el suelo estaba triste y le estaba haciendo compañía. -Digo con rebosante sarcasmo.

-Para ser sarcástica tienes que ser más original, querida. -Me extiende una mano y la tomo para levantarme. -Esa frase la sacaste de internet.

Me encojo de hombros porque lleva razón, me siento en una orilla de la cama y me dejo caer hacia atrás.

-¿Por qué has vuelto tan rápido? Apenas has estado fuera dos o tres horas.

-Ayudé a Shawn y volví, es mi día libre.

Silencio.

No quiero que sepa que Shawn volvió a gritarme. No justifico su acto, pero la culpa la tuve yo. No, la culpa la tuvo Suryan, si él no me hubiese colapsado los nervios, yo no habría perdido los papeles y no le hubiera gritado como si los demás supieran de su existencia.

Esto es ridículo. Todo el tema del ángel con complejo de cómic andante me parece surrealista.

No tengo porqué dar mas razones para que odien a Shawn en esta casa, por lo que decido no decir nada de lo acontecido hoy.

Es un buen chico, solo que no sabe controlar bien su carácter. Es como si le viniera el periodo y exagerara sus cambios repentinos de humor.

Y da la casualidad que siempre soy yo con la que se desahoga pero como siempre, me llamará para decirme que se arrepiente y pedirme disculpas.

El colchón se hunde a mi lado y con los ojos cerrados escucho el suspiro que proviene de la morena.

- Ha vuelto a ser un imbécil contigo ¿Verdad?- No respondo y mi silencio lo capta como una afirmativa ya que oigo como vuelve a suspirar.- Vamos, pediremos pizza para comer.

-No les digas nada a los chicos.-Le pido mientras bajamos las escaleras.

Ella sonríe tranquilizadoramente y me da un sonoro beso en la mejilla mientras baja escalones dando saltitos.

Paso por el salón y me encuentro a Viviane fundida en su ordenador portátil. Ella no trabaja pero estudia, es diseñadora gráfica e ilustradora y ahora está investigando qué mas puede cursar que esté relacionado con arte.

Tampoco es que le haga falta trabajar ni a ella, ni a Alexia. Una gran suma de dinero se refleja en sus cuentas bancarias gracias al arduo trabajo de sus padres.

Suryan ©  || [Sin Editar] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora