reencuentro parte 4

Start from the beginning
                                    

Tiifu: – sonríe y de nuevo se lanza a abrazarla – también creí que jamás volvería a verlos..., gracias a kion y la guardia, estoy a salvo.

Nala: pero... ¿Dónde está Zuri? – pregunta angustiada – fuli... ¿Dónde está mi hijo? ¿Dónde está el resto de la guardia?

Fuli: lo lamento majestad... pero, no sabría decirlo precisamente – guarda silencio recordando lo que kion había dicho –, solo... dijo que volvería pronto.

Kion: pero... –angustiada –, sé que sabes dónde está. Dime... ¡te lo ruego!...

Fuli: no me mal interprete majestad... el volverá. Eso es seguro. Está siguiendo un rastro... parece que percato el olor de Zuri. ¡Ella aún sigue perdida!, quiere que nos reunamos con ustedes, y que Tiifu – ladea su cabeza hacia la leona –, quiere que este a salvo.

Nala: –al escucharla se tranquiliza y deja salir un suspiro aliviado –, entonces... tenemos que volver de nuevo..., vinimos hasta acá, por un hedor que me fue familiar.

Tiifu: quizá es el de Zuri...

Nala: no... ¡lo habría descifrado ya! Es... muy familiar... – camina en círculos –. Viene de algún lado... –camina a uno de sus costados tratando de localizar el olor.

Fuli: majestad... kion me dijo que volvería pronto. Tenemos que estas seguros, tenemos que ir al campamento. Pronto...

Nala: espera... –la interrumpe –, es... es por acá – sale corriendo – ¡Chicas ustedes tras de mí! ¡Síganme! ¡Pronto!

Simba: –trata de acercarse a kion, sin embargo sabe que su pequeño hijo está asustado. Teme aun de el –, kion... –apenas logra hablar.

El cachorro trata de hablar, sin embargo no deja de sentir el enorme nudo en su garganta, en su valentía, aún era débil.

Simba: –deja salir un exhalo –, hijo... tenemos que hablar.

Kion: como... – sus palabras son cortadas, y temblorosas – ¿Cómo fue que me encontraste?... creí – pero en ese momento sus ojos se llenan de lágrimas –, creí, que no volvería a verte – guarda silencio y trata de destara el nudo en sus garganta –, sé que la guardia te ayudo. Estoy enterado de que ya supiste lo de Nattu... hace tiempo.

En ese ínstate simba no soportaba más el dolor en su pecho, era el instante en que había recordado que kion, un valiente león, aún era su hijo. Él es el pequeño que había perdido.

Simba: L –Lo... lo lamento tanto... hijo, - cierra los ojos con fuerza – no tengo ni siquiera palabras para decirte cuanto lamento no haberte creído. Creí... hacer lo correcto – vuelve a alzar la mirada –, solo... jamás quise hacerte daño. Creí que te protegería, y ahora que sabes el secreto que tu madre, y yo nos esforzamos por ocultar, debes entender... que mis esfuerzos por mantenerte a salvo, fueron por un solo motivo – en ese instante las lágrimas recorren su rostro – no quería perderte también a ti, y sin embargo creo que provoque todo lo que no quería que sufrieras...

Kion tampoco podía retener más las lágrimas, a pesar de todo su dolor, sabía que el amor de simba era sincero, él era su padre. Quien había intentado salvarlo... él era su amigo, y ahora también se daba cuenta, que también había sufrido. Que tras el padre sobreprotector, duro y testarudo se ocultaba un secreto impenetraste. El sufrimiento del amor que un padre puede concederle a su hijo. El amor que lleva a muchos desafíos.

Kion: no tienes que hacerlo – dice entre sollozos – hace tiempo que ya lo hice. Y... hasta ahora, he comprendido lo duro que también ha sido para ti –, trata de acercarse –, yo no quise alejarme... y creí que desparecer era lo correcto. Creí... creí que tu... me odiabas.

EL SECRETO DE LAS PRADERASWhere stories live. Discover now