Fotos.

965 191 30
                                    

Le escondí a mis padres el haber conocido a Yuta, como la variedad de cosas que les solía ocultar. No necesitan más preocupaciones y como trabajaban hasta tarde tampoco se iban a enterar.

La tarde pasaba tan lenta y me desesperaba, no veía la hora de la conclusión de mi clase del día hoy para salir de prisa y encontrarme con Yuta. Fui reprendido un par de veces por no ponerle atención al profesor y no lo culpo, toda mi mente estaba ocupada por el "muchacho del bosque". Al principio me obligaba a difumar esos tontos pensamientos hasta terminar rindiendome y dejándolos ser. La única forma de apaciguarme, era viéndolo.

Al concluir con los deberes, tomé mis cosas y salí tan pronto como pude, llegué a dónde creí que sería nuestro punto de encuentro y aguardé. Tenía varias dudas con respecto a él y mientras esperaba su aparición me fui mentalizando para poder hablar sin problema alguno.

Allí está, saliendo de los arbustos, casi parece que es parte de ellos y nace del suelo. Tiene unas hojas sobre su cabeza y se las va quitando mientras se arregla el cabello. Vaya vista... Nos saludamos y él se notaba algo cansado pero sin perder su característico brillo. Había reunido el suficiente valor para hablar y sin querer lo bombardeé de preguntas:

-¿Cómo estás? ¿Qué haremos hoy? ¿A dónde vamos? ¿Qué tal tu día? ¿Cómo sabías a qué hora y en qué lugar nos íbamos a encontrar si nunca nos pusimos de acuerdo?

Yuta rió dejando ver su blanca y perfecta dentadura:

-Hey, tranquilo. No te esfuerces a ti mismo en hablar si no te sientes cómodo. En serio, me agradas tal cómo eres.

Claro, estaba buscando su atención, me había dado miedo de que se aburriera de mí. Como todos. Parezco un niño pequeño, que pena. Metí mis manos en los bolsillos de mi pantalón intentando simular mi vergüenza. Después de que pensara un poco me contestó:

-Estoy bien, algo fatigado por algunas cosas que tuve que hacer. Hoy te llevaré a una zona del bosque donde los animales abundan, ¿te parece?

Asentí con timidez. Al final susurró unas palabras, supuse que no era su intención que escuchara pero con el silencio de nuestro alrededor fue inevitable:

-Yo siempre sabré dónde y cuándo encontrarte...

Lo seguía y ahora maldije la falta de sonidos, mi corazón latía tan velozmente y de forma tan ruidosa. Me rehúso a que se dé cuenta de lo que causa en mí. Siempre creí que esconder emociones era mi fuerte, lograba engañar a mis padres y otras personas pero este sujeto es tan impredecible y no me puedo manejar cerca de él. A esto le llaman el primer... Fui interrumpido por el chico que me guiaba por el bosque:

-¿Estás bien con que caminemos colina arriba?

-No hay problema, solo que soy algo lento.

-De acuerdo. Si te cansas, te llevo.

Apuntó su espalda y tomé eso como una broma. En nuestro trayecto divisé mariposas y algunos pájaros extravagantes. Es época de reproducción y todo se tornaba colorido, no había tomado tantas fotos desde el primer día que me mudé aquí. Me sorprendí al ver lo amplio del bosque, tanto me hacía falta por recorrer, Yuta es de gran ayuda para no perderme. Tiene la mente de un hombre más adulto cuando se trata de explicar todo lo referente a la naturaleza y no me canso de estar fascinado por él.

Concluí con unas tantas fotos de ciervos con sus crías, zorrillos, otros mamíferos, insectos, partes del cielo, de las hojas. Estaba de tan buen humor que creo que tomé unas fotos a la nada sin querer. Yuta caminaba y recogía algunos frutos y semillas que encontraba tirados y los reunía en un solo lugar, "para los animales" decía. ¿Qué clase de persona es esta? Siempre he estado rodeado de desprecio, envidia y malas vibras y él es todo lo contrario. Es una briza refrescante, relajante, de esas que sientan bien en un largo día caluroso, tan juguetón.

-Deberías dejar de esconderme tu sonrisa. Quiero verte en tu máximo encanto.

Así era Yuta, también tenía ese tipo de faceta. Le lancé un puñado de hojas y se puso a reír. Ese, ese era el momento preciso, su sonrisa. Tan maravillosa como todo lo que él me enseñaba sobre ese bosque o probablemente más. Otra vez estoy exagerando. Logré captarla en unas tres fotos y con eso mi cámara dejó de funcionar dado que la pila se agotó.

-Hay que regresar, pronto caerá el sol y será complicado ver el camino.

Me informó. Esta vez ya no iba detrás de él, si no a su lado. Tan cerca que en varias ocasiones nuestros brazos se rozaban ligeramente. Todo el trayecto, volvió a ser una lucha para apaciguar los centenares de sentimientos que me surgían.

-Espero verte mañana.

Dijo para luego desaparecer. Otra vez, sin decirme la hora y el lugar, a lo que vino mi cabeza la frase "Yo siempre sabré dónde y cuándo encontrarte...". Otro enigma que me causaba Yuta. Ojalá alguien me enseñara a controlar y ordenar mis sentimientos por él, esos que abordaban desde: fascinación, curiosidad e intriga, cariño, amor...

No quise admitirlo, pero ya había caído ante eso. Yuta es mi primer amor.

En aquel bosque. //NCT~ YuTaeUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum