Prólogo

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"Todo se vino al traste en mi interior cuando contemplé fijamente los ojos azules aquella chica de cabello corto.

Vi cortadas de un único y veloz tajo todas las cuerdas que me ataban a mi existencia, y con la misma facilidad como si fueran los cordeles de un manojo de globos. 

Todo lo que me había hecho ser como era —mi amor por Sam, mi padre; mi lealtad hacia Jacob, mi alfa, y mi manada. El amor hacia mis hermanos, mi amor hacia Seth, el odio hacia mis enemigos, mi casa, mi vida, mi cuerpo, desconectado en ese instante de mí misma, clac, clac, clac... se cortó y salió volando hacia el espacio..." -Leah Clearwater.

—Diga —masculló una voz ronca y fuerte al contestar el teléfono

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—Diga —masculló una voz ronca y fuerte al contestar el teléfono.

—Señor Swan, lamentamos las molestias —saludó la voz de una mujer al otro lado de la línea—, pero debemos cumplir con el deber de informarle que la Teniente Swan fue relevada de su cargo por problemas físicos luego de un accidente en una misión.

Charlie Swan jamás se había sentado tan rápido en su cama como en ése momento, a su lado, Sue Clearwater se despertó sobresaltada al ser bruscamente apartada del pecho de su pareja y miró con enojo al hombre, su mirada molesta se transformó en la personificación de la preocupación ante el rostro contrariado del hombre, que anotaba con rapidez en un papel a un lado de la mesilla de luz lo que la voz del teléfono le dictaba.

—¿Cuándo, aproximadamente, será enviada a casa? —preguntó el oficial luego de que la joven al otro lado de la línea le diera la información sobre su hija.

—Se estima que la Teniente irá por sus propios medios dentro de dos meses —contestó la joven—, pero no puedo asegurarle algo como eso, usted sabrá...

Una risa queda y un bufido interrumpieron el discurso de la joven, quien sonrió con gracia al adivinar lo que venía.

—Conozco a mi hija, señorita, muchas gracias por informarme de la situación —contestó con gracia.

—Es nuestro deber señor, lamento la interrupción —saludó la joven, antes de que la línea quedara muda.

Charlie Swan miró el teléfono por varios minutos, un suspiro abandonó sus labios, haciendo que Sue le tocara el brazo con cuidado, el hombre la miró y sonrió a medias.

—Hay que preparar una habitación —dijo como única explicación.

Sue sonrió amable y besó al hombre con cariño, confiando en que lo que fuera a pasar en los próximos meses, serían sólo buenos augurios.

Ambos se volvieron a recostar bajo las sábanas y cerraron los ojos, quedando profundamente dormidos.

Él con la preocupación latiendo en su pecho.

Ella con la seguridad de que las buenas noticias por fin comenzaban a llegar a ellos. A su familia.




𝐿𝒶 𝒞𝒽𝒾𝒸𝒶 𝒹𝑒 𝒪𝒿𝑜𝓈 𝒜𝓏𝓊𝓁𝑒𝓈 [Leah Clearwater] (Cancelada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora